Hoy atravesamos la crisis social, económica e institucional más grave de los últimos ochenta años y nadie que no sea presidente de algún Gobierno percibe signos de mejoría en las condiciones de vida de la mayoría de la gente.
En 2008, el estallido de la crisis financiera mundial supuso el desmoronamiento de un modelo de crecimiento económico basado en la especulación, el reforzamiento de la dependencia financiera y la intensificación de nuestra posición periférica en la economía europea. Dos años después, el sistema político siguió los pasos del sistema económico. La incompetencia y el cinismo de las élites en su abordaje de la crisis, y el grado de descomposición del sistema de partidos a partir de su propia corrupción desataron la mayor crisis de legitimidad de las últimas cuatro décadas. En mayo de 2011, cientos de miles de ciudadanos ocuparon las plazas para expresar su indignación. Más tarde, profesionales y usuarios se organizaron en mareas para defender el sistema sanitario y educativo de los gravísimos ataques perpetrados por unos políticos tan incompetentes como inanes ante las órdenes de una Troika siempre invisible.
Pese a los esfuerzos de tanta gente, la situación social no ha mejorado. Entre 2011 y 2013 se destruyeron en España 1.900.000 empleos. Doce millones de personas viven hoy bajo el umbral de la pobreza, un 14 % de los enfermos no pueden seguir los tratamientos médicos y uno de cada tres niños en España es pobre.
Aun así, la mayoría de la gente no parece dispuesta a resignarse y en los últimos meses, entre muchos, con mucho trabajo, hemos puesto en pie una gran herramienta para el cambio llamada Podemos. Lo más difícil no será ganar las elecciones, sino cambiar las cosas, y estamos decididos a hacerlo. En el camino hemos aprendido lecciones decisivas. La primera nos dice que si repetimos las viejas formas de hacer política nos convertiremos en lo mismo. Nadie puede ser independiente si su financiación no lo es. Por eso, en Podemos no nos financiamos a través de bancos. Nadie puede impulsar la recuperación de la democracia si no la practica. Por eso, en Podemos no tenemos delegados ni representantes. El voto de cada persona vale lo mismo; todo el mundo puede participar en la toma de las decisiones; puede ser candidato/a; y puede decidir qué personas son las más capacitadas para sacar adelante este proyecto.
Esto estamos haciendo. Hasta mañana, 31 de diciembre, a las doce del mediodía, todos y todas estamos llamados a participar en las primarias que elegirán los miembros de los consejos ciudadanos y las secretarías generales en todos los municipios de España. En Galicia concurren más de 360 candidaturas. Como siempre, el que quiera está invitado a votar a través de la web participa.podemos.info. Basta con registrarse para participar en la elección de las personas que coordinarán el trabajo de las asambleas de Podemos en cada municipio. Ha llegado la hora votar. Ha llegado la hora del cambio.
*Carolina Bescansa Hernández es responsable de la Secretaría de Análisis Político de Podemos