Nos quedan los vídeos de Henry

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

04 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El 2014 nos dejó sin la calidad de un artista del balón. Un cisne de la pelota. Henry. Ya llevaba unos años en un segundo plano, en esa liga todavía extraña de Estados Unidos. Se calzaba las botas en el New York Red Bulls. Y ahora será comentarista para Sky Sports. Pero Thierry Henry, su fútbol, merece una loa (y unas cuantas olas de las gradas). Era exquisito. Ese es el adjetivo que tal vez mejor lo mida. Tenía una elegancia en su manera de tratar el balón que era pariente directo de la clase con la que Federer empuña la raqueta. Henry también debería de haber jugado siempre con pajarita. Nos quedan sus vídeos, para seguir disfrutando. Como los genios de las letras nos dejan sus novelas para leerlas, vuelvan a ver los tantos de Henry. Lo ganó todo con Francia, la Francia divina que tenía a Zidane en la media. Se va con 37 años y 20 como malabarista. Con el récord de goles con la selección francesa, 51, y 228, con la camiseta del Arsenal. Se va con una Liga de Campeones en uno de los Barcelonas de Guardiola. Henry dominaba las suertes mágicas del atacante. Era de los que paraban el reloj en el área. Detenía el tiempo. Lo modulaba hipnotizando a los defensas, como el Buitre. Tenía regate, en especial por su zancada que parecía que se la hubiese robado a un atleta. Era difícil de marcar por esa calidad al correr, imposible medir los pasos que le iban a hacer falta para ganar la posición de tiro. Siempre con la cabeza alta. Algo de parentesco también con aquel Van Basten prodigioso. Y tenía, lo más importante, gol. Puntería de costurera, hilando goles por el ojo de la escuadra o por dónde pusiera su vista de francotirador que sabe que no va a fallar, que solo ve la diana de la red.