El bipartidismo no ha muerto, está de parranda

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño A CONTRACORRIENTE

OPINIÓN

24 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Frente al río de tinta que discurre con opiniones prefijadas antes de las elecciones andaluzas y que no se corresponden con lo que ha sucedido realmente, me ceñiré estrictamente a los hechos, aunque eso sea nadar contracorriente. Lo otro es hacer futurología, y para eso ya están los adivinos. En estos comicios hay un perdedor claro, que es el PP. Dejarse medio millón de sufragios y 17 escaños en tres años solo puede calificarse de fracaso total. Dicho esto, hay que añadir que obteniendo uno de los peores resultados de su historia en Andalucía, el PP sigue siendo la segunda fuerza -lugar que, por otra parte, es el que ha ocupado siempre, con la única excepción del 2012- y duplica en votos y en escaños a la tercera fuerza, que es Podemos. El PSOE, que obtiene el peor resultado de su historia en Andalucía, triplica en escaños a Podemos y le dobla más que holgadamente en votos. A más distancia queda la cuarta fuerza, Ciudadanos, con 368.988 votos, un 9,28 %. El tándem PSOE-PP retrocede 18 puntos respecto al 2012, lo que es una enormidad, pero mantiene el 62 % de los votos y el 73 % de los escaños en el Parlamento andaluz. De hecho, casi todo el castigo se lo ha llevado una de las dos fuerzas políticas, que es el PP.

Con esos resultados, proclamar el fin del bipartidismo y anunciar el apocalipsis en la política española resulta prematuro y voluntarista. El éxito de Podemos en estas elecciones, alcanzando el 14,84 % de los votos y 15 escaños, constituye una proeza extraordinaria para un partido nacido hace apenas un año. Solo la torpeza de unos dirigentes que se empeñan en alimentar expectativas desmesuradas diciendo que van a ganar y proclamándose líderes de la oposición, y que comparecen tras las elecciones con cara de funeral, puede convertir semejante hito histórico en una decepción. Mucho más inteligente ha sido la estrategia de Ciudadanos, que en lugar de vender humo planteó una campaña con objetivos realistas y capitaliza ahora como un éxito formidable sus nueve diputados y el 9,28 % de los votos, una hazaña mayor incluso que la de Podemos, porque hace apenas dos meses ni siquiera existían en las encuestas. De aquí se extrae otra de las conclusiones de estos comicios, que es la sobrevaloración del voto de Podemos en los sondeos. El más completo, que es el del CIS, le atribuía hasta 22 escaños y ha obtenido 15. Un error del 46 %, que supera cualquier tipo de margen estadístico.

¿Quiere esto decir que PP y PSOE pueden respirar tranquilos de cara a las generales? En absoluto. Todo lo contrario. Si el PSOE cae en el error de creer que ha neutralizado a Podemos y el PP no reacciona de manera urgente a la muy seria amenaza que supone Ciudadanos, están condenados a un batacazo histórico. De hecho, la absoluta falta de autocrítica que ayer mostró Rajoy y la euforia injustificada del PSOE indican que caminan en esa dirección. Pero eso es una hipótesis. Con los datos de hoy en la mano, el bipartidismo no está muerto, aunque si sigue de parranda acabará falleciendo.