Cuando varios amigos se regalan con una comida y deciden repartir el gasto pueden surgir problemas. El que pidió ensalada y huevos -que, triste de él, regó con agua- no quiere pagar lo mismo que el de los camarones y el rodaballo ensalzados con Vilerma. A esa dificultad se suma la de cómo nombrar la forma de pago elegida. ¿Van a medias, a escote, a pachas, a la inglesa, a bote, a prorrata...?
Si los hablantes interpretan con distinto sentido cada una de esas locuciones adverbiales, los diccionarios tampoco se ponen de acuerdo en puntos clave. Así, por ejemplo, a medias significa para la Academia 'la mitad cada uno', y como cada cosa solo tiene dos mitades, a medias solo pueden pagar dos personas. En la misma línea están el Vox ('repartido entre dos personas'), el Espasa ('cada uno la mitad del total') y el María Moliner ('la mitad cada uno'). Para el Clave, a medias indica 'a partes iguales', sin especificar número, y para Seco es 'en cooperación a partes iguales entre dos (a veces más) seres'.
Coinciden esas obras en que a escote puede usarse cualquiera que sea el número de los que pagan ('pagando cada uno la parte que le corresponde en un gasto común'), aunque no está claro si cada uno pone en función de lo que consumió o si al de los camarones le sale la fiesta igual que al de la ensalada. Este escote ('parte o cuota que corresponde a cada uno por el gasto hecho en común por varias personas') procede del francés antiguo escot. El español del siglo XIII ya lo empleaba con el sentido de 'cuota'. Poco después, el Ordenamiento de las cortes celebradas en Alcalá de Henares, de 1348, dice: «Otrosy que en las aldeas, que los labradores a las sus bodas que non coman mas de quarenta personas, veynte de la parte del novio e veynte de la parte de la novia, et estos que desta guisa comieren que paguen su escote, e de otra guisa que non coman». ¡Vaya bodas!
Para Covarrubias (1611), escote es la «cantidad que por rata [fíjese el lector de dónde saldrá prorrata] cabe a cada uno de los que han comido de compañía, repartiendo entre todos, por partes iguales lo que se ha gastado».
Últimamente está cobrado fuerza una expresión importada del centro de la Península, a pachas, recién incorporada al diccionario de la Academia. Significa 'a medias' y se aplica tanto a los pagos de condumios como a cualquier cosa que se pueda llevar a cabo de esa guisa. Así, canta Melendi en Tus ojitos verdes: «... después de que nos amamos, fumamos un pito a pachas».
Más raro es que los comensales, ya ahítos, para explicar cómo van a digerir la factura utilicen la locución a prorrata. Es esta la forma de pagar mediante prorrateo, lo que supone repartir la cuenta entre todos, pero en las proporciones adecuadas a cada uno. Es la manera de que el de la ensalada pague menos que el de los camarones. Son los que recurren al método que, solo por razones de rima, suele decirse que se emplea en Ribadeo, «onde cada un paga o seu».