El ejemplo británico

Carlos G. Reigosa
Carlos G. Reigosa QUERIDO MUNDO

OPINIÓN

18 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Las elecciones en el Reino Unido ya han pasado a la historia como un ejemplo más -y no el mayor- de cómo se pueden equivocar las encuestas y sus intérpretes. Resultó que el igualado duelo anunciado entre el conservador David Cameron y el laborista Ed Miliband simplemente no existió. Lo que hubo fue una derrota aplastante de un candidato que se equivocó al presentarse «como líder del proletariado en una trasnochada lucha de clases». Y lo escribo entre comillas porque fue así como lo explicó Peter Mandelson, el lúcido forjador de los triunfos del también laborista Tony Blair.

¿Alguna lección que extraer para el caso español? Seguro que sí, pero supongo que eso ya lo estarán haciendo los expertos de cada formación política. No obstante quiero decir que entre nosotros algunos ya han tomado, a mi juicio, la «vía Miliband» con fervor y han entronizado el activismo político como el gran instrumento de cambio social. Quizá debieran repasar las cuentas del Estado (cosa que Miliband no hizo en su caso) y ver si no están prometiendo salidas trasnochadas, involutivas o imposibles.

Los analistas del resultado electoral en el Reino Unido han coincido en que David Cameron acertó al exponer y reivindicar su propósito de completar el proyecto económico que ha sacado en cinco años al país de la recesión y ha logrado un crecimiento del PIB del 2,8 % en el 2014. Es decir, acertó al presentar y defender un proyecto en marcha, acreditado por unos datos positivos debidos a su buena gestión. ¿Qué hizo Ed Miliband tras conocer su derrota? Reconocerla y dimitir. Algo que no hará ninguno de los hacedores de encuestas que le prometieron un éxito electoral. Tómese nota de esto. Porque en España podría pasar algo parecido, aunque no estemos en condiciones de anticipar en qué sentido. Las encuestas son armas cargadas de intereses e inseguridades. Fluyen, nos conmueven, incluso nos sorprenden, pero no nos ilustran, porque, en el fondo, no pueden garantizarnos nada. Dijo el sociólogo Edgar Morin que «la política es el arte de lo incierto, lo que nos lleva a un principio de incertidumbre generalizada». Y en este punto estamos ahora en España. Con encuestas y sin ellas.