A principios de semana asomó un intento de debate: ¿Debe tener algún papel visible el rey Felipe VI en la crisis de Cataluña? Prácticamente todo se quedó en esa pregunta porque la inmensa mayoría de los analistas consultados dijeron que la Corona debe ser imparcial o que el monarca no puede salirse de las funciones que le atribuye la Constitución. ¿Y qué dice la Constitución? «El Rey [artículo 56.1] es el jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones...».
Con ese lenguaje es posible todo. Es posible que, al moderar el funcionamiento de las instituciones, el monarca pueda mediar entre el Parlamento catalán y el Gobierno español. Es posible que, al tener la función de arbitrar, pueda convocar a Mas y a Rajoy, porque ambos representan al Estado del cual Su Majestad es el jefe. Es posible que, al ser símbolo de la unidad, la Constitución le atribuya sutilmente el trabajo de mantenerlo unido. Es posible todo eso? y lo contrario. Lo que ocurre es que bajo el principio de que «el rey reina, pero no gobierna», la costumbre lo dejó en una figura simbólica que representa y reina, pero como si lo hiciera a escondidas.
Ayer Felipe VI dio un salto cualitativo ante los embajadores de la Marca España. Afirmó que el pueblo español «no está dispuesto a que se ponga en cuestión su unidad» y sentenció: «La Constitución prevalecerá, que nadie lo dude». Como hay quien habla del desafío catalán como «un golpe de Estado civil», a Felipe VI solo le faltó el uniforme de capitán general para recordar el ejercicio de autoridad de su padre el 23F.
Disculpen la exageración y una vez disculpado, pregunto: ¿Se excede el rey de sus funciones constitucionales con ese discurso de ayer? Frente al exceso de cautelas, algunas ideas.
1.- Multitud de españoles se preguntan qué piensa y qué hace el rey, además de decir a los niños que «son días complicados», y esos españoles tienen derecho a la tranquilidad de futuro y a conocer qué piensa y hace el titular de la Corona.
2.- Si el rey representa la unidad del Estado, esa representación no debiera ser puramente teórica, porque si la unidad se rompe, se rompe también el papel del monarca.
Y 3.- Si los sucesos catalanes son, como se dice, «la mayor crisis constitucional desde el 23F», las respuestas tienen que estar a la misma altura constitucional.
Creo que hay demasiados escrúpulos con el rey. No se trata de meterlo en la lucha política, pero sí de escuchar su altísima autoridad. Y además, supongo que a nadie sorprenderá saber que la Corona de España defiende una España unida. A ver si vamos a confundir la neutralidad política con la renuncia a defender la unidad nacional.