El mareo de las encuestas

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

13 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Manuel Fraga siempre terminaba los mítines de sus mayorías en Galicia de la misma forma. Repetía con su particular manera de gritar casi comiéndose las palabras que no hiciesen caso de las encuestas, que lo único que valían eran los votos. Que fuesen a votar y que no dejasen escapar ni un solo voto. Pero cuando todavía faltan siete semanas ya tenemos una sobredosis de encuestas sobre la mesa. Y un mareo de interpretaciones. Las encuestas no son votos. Tenía razón Fraga. La horquilla de la mayoría de estudios de los medios más conservadores todavía dicen que el PP ganará las elecciones. Rajoy se quedaría entre 120 y 130 diputados. El segundo sería el PSOE, con un margen más amplío: o poco más de ochenta o hasta unos ciento diez escaños. Empiezan las sorpresas. Ciudadanos ha pasado a Podemos. Y estas encuestas le dan a Rivera entre casi cuarenta o casi sesenta (también un margen amplío, según informes). El globo que ahora dicen que viaja pinchado de Podemos se quedaría cuarto con entre 25 y cuarenta y pico diputados. Difícil. Queda mucho partido que jugar. Otras encuestas ya dicen que en votos, que no en escaños, ganará Rivera, que pasará en diputados también al PSOE. Las encuestas en teoría marcan tendencias, aunque no son la bruja Lola, Pero Rivera debe guardarse de la euforia creciente, casi febril, de los últimos días. Guardarse como debió guardarse César de los idus de marzo. Falta mucho. Y los electores decidirán por la emoción, por el instinto, porque los programas de todos ellos ya no se los cree nadie. Un error de Rivera puede desmoronar su chiringuito. Un exceso de exposición, también, como le pasó a Pablo Iglesias. Todos deben aplicarse el consejo de Fraga e insistir una y otra vez que solo valen los votos dentro de la urna. Y no dejarse llevar por el mareo de las encuestas. La democracia española no es demoscópica.