Salvar a Sánchez o morir en las Termópilas

OPINIÓN

29 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El PSOE sigue sin encontrar al sucesor de Felipe González y en su búsqueda tropezó con Zapatero, que venía de cargarse el partido en León y que después de 12 años como secretario general y siguiendo con su afán destructivo dejó comatoso al padre. Pedro Sánchez puede darle la puntilla, en lugar de reconstruirlo sin dejar espacio a la falsa copia que les ha salido. Podemos es el que más representa la ruptura de España en estos momentos. Un partido populista y radical que dice lo que le conviene en cada momento y que solo es leal a sus objetivos, nunca a sus aliados de viaje, porque tiene un único fin: alcanzar el poder a cualquier precio y realizar su agenda oculta, después de sustituir al PSOE. Y contará con cuatro grupos parlamentarios que darán la nota por separado en un Congreso ingobernable si no hay pacto previo PP-PSOE.

Por eso es lógico que los socialistas más sensatos estén presionando a Sánchez para que deje gobernar a Mariano Rajoy y aquel lidere la oposición. Como también es razonable que varios políticos de importantes países de la UE y de instituciones comunitarias estén influyendo en esa entente. Conviene recordar que en el pasado el PP facilitó sin condiciones al PSE el Gobierno del País Vasco, para frenar el independentismo de Ibarretxe.

Acordado ese compromiso con la altura de miras que requiere la estabilidad del país, es lógico que suscriban acuerdos para hacer reformas pendientes, entre ellas aspectos de la ley electoral y de la Constitución que requieren mayoría reforzada y la absoluta que vuelve a tener el PP en el Senado, y sin la que no cabe ni reforma simple ni agravada de la Carta Magna, ni la del propio Senado, ni aplicación del artículo 155 si Mas da nuevos pasos hacia la independencia. Los dos tienen mucho que ganar y no digamos el país, y hasta Ciudadanos, con el que Rajoy querrá contar. Por tanto, ejercicio de responsabilidad, porque España tiene que seguir siendo lugar de certezas y de recuperación de la clase media.

Con el programa pactado con el PSOE, cumplido por el PP en una legislatura corta y más técnica que política, y celebrados sendos congresos partidistas, disolución y comicios con caras nuevas, y mejor mujeres, porque es hora de que ellas presidan el Gobierno.

Si Sánchez hace oídos sordos y comete la locura de aliarse hasta con el diablo para gobernar, al PSOE se lo comerán Podemos, sus franquicias gallega, vasca, catalana y valenciana, y los independentistas de todo pelaje y condición que esperan agazapados para romper España. Y la conclusión será que desaparecerá el partido que fundó Pablo Iglesias Posse, mutándose 137 años después en el que ha creado Pablo Iglesias Turrión. Para este habrá sido el paso de las Termópilas y para Sánchez su tumba.

Ahora estamos en tregua de Navidad y hay tiempo hasta que se constituya el Congreso el 13 de enero y se celebren las sucesivas votaciones para elegir al jefe del Ejecutivo. Y mientras dure la incertidumbre también entrarán y saldrán de escena la olvidada prima de riesgo y el tobogán del Ibex. Más munición para la agorera y reverenciada prensa extranjera, siempre deseosa de que nos liemos a garrotazos para recordar a Goya. Habría que decepcionarla.