El alto precio de repetir las elecciones

Jaime Miquel
Jaime Miquel LÍNEA ABIERTA

OPINIÓN

30 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El modelo de negocio quebró en las elecciones autonómicas de Andalucía, pero el sistema se comporta como el Titanic y la orquesta toca sobre cubierta desde entonces. Desde el hito de las tarjetas black, que le informó al elector de que le estaban robando con gastos pagados, cualquier novedad en materia de corrupción indigna y moviliza a todo tipo de personas en la búsqueda de candidaturas de castigo. Ciudadanos marcó 5,4 millones de votos en la campaña de las elecciones legislativas, pero aparecieron 3,5 millones en las urnas porque muchos de los jóvenes que llegaban del PP se abstuvieron, y otros procedentes de UPyD votaron finalmente al partido de Rajoy. Entre tanto, en pleno 2015, desaparece dinero del mismísimo Ministerio de Agricultura, lo que también establece, en este caso, un doble hito: el de la connivencia y la incapacidad. Mientras, la policía detiene a numerosos cargos públicos del PP de la Comunidad Valenciana, todos presuntos inocentes, aunque esto es lo de menos, porque todos pertenecen a una organización que ha expoliado el orgullo de los valencianos. Lo que significa que Ciudadanos es la candidatura de castigo del PP ahora más que nunca, lo mismo que Podemos lo es de un PSOE que no ha comprendido nada, obligado a gobernar o dejar hacerlo, superado por las circunstancias y destruido en cualquier situación en el medio plazo, como el Pasok en Grecia. Si esto continúa así y tenemos que volvemos a votar, habrá castigo. Al PP por la corrupción, pero al PSOE por otra razón que es la más simple y casi imperceptible: porque la ocultan.

Cuando Pedro Sánchez nos habla de mayoría de progreso para derogar la ley mordaza o la de educación, omite que el PP controla el Senado y devolverá al Congreso semejantes ocurrencias. Luego todos mienten, engañan, posturean y finalmente, fracasarán. Aquí no hay más suma de dos que entre el PP y el PSOE, ni más Gobierno en minoría que el del PP; no se hace nada sin su beneplácito, luego nos están entreteniendo. Lo que nos descubre el factor movilizador de Podemos en las elecciones que se vislumbran: ahora, a por el Senado. Facilón. La inteligencia para alcanzar acuerdos y la honestidad o la decencia ante lo intolerable o lo inadmisible, por sacudir con su propia herramienta, es el castigo al PP y a Mariano Rajoy que puede reunir Ciudadanos.

No huelen mal, es que la política ha cambiado y la suciedad se localiza en el cerebro de quien es capaz de verbalizar algo semejante; al gallinero porque sí era antes, ahora tendrán que explicarlo y muy especialmente el presidente del Congreso, el perdedor Patxi López (161.466 votos el 20D), que dice no saber nada de esto y se queda tan ancho, como era costumbre antes.

Leninismo punto tres, dice el otro: son la momia haciéndose serrín al final de la película. No entienden nada. Por lo que nos dicen los políticos del PP y del PSOE, no saben lo que ha pasado el 20D, no tienen análisis de ninguna clase, se mueven por impresiones y conjeturas. Pero tampoco saben cómo se las gasta el elector medio; como lo calienten mucho, verán.