«Si hay que ir se va, pero ir pa' na' es tontería»

Javier Guitián
Javier Guitián EN OCASIONES VEO GRELOS

OPINIÓN

29 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuenta un viejo chiste que una madre trata de convencer a su hijo de que se levante para ir al colegio. El hijo, en la cama, rechaza insistentemente las peticiones de su madre y le dice: «Mamá, no tengo ganas y además los niños se ríen de mí». Harta, la madre le dice que tiene que ir por tres razones: «Es tu obligación, tienes sesenta años y además eres el director». Lo han adivinado, el niño se llama Marianito.

Independientemente de las ideas políticas de cada uno, en los últimos días hemos asistido a una conducta sin precedentes en la que un líder político, al que le encargan formar gobierno, le dice al jefe del Estado que no va porque puede perder. No se enfrenta a la situación tratando de convencer con argumentos, tampoco intenta poner en evidencia las contradicciones de los demás, se queda en la cama porque, aunque ha perdido elecciones varias, él ha nacido para ganar.

A Marianito le molesta que Pedrito madrugue y se vaya corriendo a clase, escapando de mamá Susana; tampoco soporta que Pablito, el delegado de curso, esté todo el día quejándose de que falta tiza en las aulas y papel higiénico en los servicios. Además no le gusta Albert, siempre impecable, hecho un pincel con el traje de la primera comunión. «Mamá, prefiero quedarme a ver el ciclismo en el plasma».

Por supuesto han surgido multitud de tertulianos, juristas de prestigio y expertos varios que sostienen que el niño tiene razón, que la espantada es razonable y hábil; hasta han invocado las fuentes del derecho, la existencia de un vacío legal y a nuestro constitucionalista más importante, José Mota: «No es por no ir; si hay que ir se va, pero ir pa? na? es tontería». Pues vale.

¿Se imaginan una historia en la que los indios siux se hubieran quedado en las tiendas del campamento, fumándose algo, y diciéndole al jefe: «Caballo Loco, es mejor que no vayamos a Little Bighorn, no vaya a ser que perdamos la batalla, hip, hip»? ¿Qué hubiera ocurrido si el Alcorcón, el equipo de mi vida, hubiera renunciando a jugar con el Madrid por miedo a perder? Aunque el recuerdo sea tan doloroso para algunos como increíble, le ganaron por cuatro a cero.

Como otras veces, he consultado con un psicólogo, por supuesto de Texas, para tratar de analizar la conducta de Mariano, e insiste en que es muy importante hablar con los niños sobre posibles cambios radicales ocurridos en el entorno que puedan inducirlos al absentismo escolar: conflictos entre familiares, problemas económicos, etcétera. ¡Cielos, pobre crío! Bárcenas, Blesa, Rato, Rita Barberá...