Lo bonito está en Durango

Jaime Miquel
Jaime Miquel LÍNEA ABIERTA

OPINIÓN

30 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El día 5 de junio se celebrarán elecciones a gobernador y asambleístas constituyentes en trece estados mexicanos. En el Estado de Durango, que viene a ser como Andalucía y Extremadura juntas, viven 1,7 millones de personas y votan 1,2 millones de electores. Seis de cada diez electores votan en Victoria de Durango, Gómez Palacio y Lerdo, y las diez ciudades más grandes concentran el 80 % del censo electoral. El nivel de instrucción de seis de cada diez electores es de estudios primarios y poseen teléfono móvil cinco de cada diez habitantes de 18 y más años de edad. Durango es el segundo productor de oro y plata del país, por detrás de Sonora, pero es uno de los estados más pobres de México. Aparte de la seguridad, que ocupa un lugar especial, los problemas de las personas no son distintos de los que aparecen en España, aunque en otro orden de las cosas. La corrupción preocupa en Durango a menos del 2 % de la población; se dice del gobernador que trabaja mal, pero es aprobado por el 54 % y el aspirante del PAN también. Durango es tan del PRI como Andalucía del PSOE, pero el mundo es global, nada es como antes y nada es para siempre. Queremos decir con esto que hasta las elecciones autonómicas de Galicia y el País Vasco, lo bonito está en Chihuahua o en Durango, porque las elecciones generales del 26 de junio no actuarán como segunda vuelta del 20D y los trabajos para concurrir están hechos. Y en cualquier caso, porque jugar los minutos de la basura del 20D o del 26J viene a ser lo mismo, la legislatura que se inicie será corta y de prácticas.

Si votamos de nuevo en junio aumentará la abstención, pero las posiciones relativas de los contendientes serán parecidas, por mucho que el sistema intente ahora, y de qué manera, destruir a Podemos. Se llama incompetencia electoral, porque los de Iglesias y Colau no se pueden descolgar; sus mejores resultados están perfectamente protegidos allí donde hay cultura plurinacional, como en el País Vasco, Cataluña o Galicia, pero también en Navarra, Canarias o en la Comunidad Valenciana. Es lo contrario de lo que nos dicen, progresan en estos ámbitos consolidando el 25 % y enjugan el coste de no alcanzar acuerdos, del que también participan.

En términos de distribución de escaños, el resultado del 26J volverá a quedar en la raya. La campaña del 20D estuvo presidida por una aritmética donde el PP y Ciudadanos alcanzarían los 176 escaños. Pero esto no sucedió, salieron de las urnas con 163 actas. Faltaron trece como pudieron sobrar, porque en tres puntos de votos válidos varían más de veinte escaños entre los cuatro contendientes. Los trabajos del 26J están hechos, porque sabemos dónde hay escaños en juego y quiénes los disputan.

En definitiva, el PP y el PSOE están retrocediendo ante las formaciones emergentes en un proceso que aún no ha terminado, como certificarán las urnas el día 26 de junio si hay que volver a votar. Olvídese el PP de los siete millones doscientos mil votos, pero el PSOE también de alcanzar los cinco.