La duodécima legislatura se queda

OPINIÓN

29 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Mariano Rajoy ha pronunciado ya su segundo discurso de investidura «porque es lo que más conviene a España y a los españoles», después de que el rey concluyese su segunda ronda de consultas de la duodécima legislatura y de encargar formar Gobierno al mismo que señaló en la primera: Mariano Rajoy Brey. Pero ahora con más certeza de que no ocurrirá lo que en la anterior. Esta vez la abstención del PSOE facilitará, hoy sábado, su nombramiento como presidente.

Y a partir de aquí, todos los miembros de su nuevo Ejecutivo pasarán más tiempo en los despachos del Congreso negociando leyes día a día que en su oficina ministerial. Es lo que toca en esta fase política para construir consensos, aprobar textos, alargar la legislatura hasta que el PSOE haya levantado un nuevo edificio sobre su centenario solar y evitar una moción de censura ratonera promovida a los seis meses por la UTE Podemos y los independentistas. Son tiempos para esa sutileza de altura que ha estado ausente de la carrera de San Jerónimo en los últimos cuatro (cinco) años a causa de la mayoría absoluta del PP.

También es etapa de apuestas en los corrillos sobre cuánto durará la legislatura, si habrá o no estabilidad; si no habiéndola cuánto aguantará Rajoy, ese tipo corriente, campeón de dormir el balón y que ve pasar bajo su balcón los cadáveres de sus contrincantes; si en las próximas ganará otra vez el PP, con Alberto Núñez Feijoo como candidato; el PSOE con el que salga ganador de su próximo Congreso, o la UTE Podemos, tras ocupar la calle «porque -Pablo Iglesias díxit- no nacimos para transformar las reivindicaciones de la gente en parlamentarios que no muerden». Y con Ciudadanos de bisagra para el PP o para el PSOE, siempre que el primero esté sin mácula de corrupción y el segundo recupere su confianza en sí mismo y no abandone su RH constitucional, socialdemócrata y reformista.

Ahora que el Comité Federal del PSOE ha decidido abstenerse, la parálisis institucional se ha desbloqueado después de diez meses y ha quedado expedito el camino para la formación de un Gobierno con plenos poderes. Queda por saber hoy si los 85 diputados del PSOE acatan en la sesión de esta tarde la decisión de su máximo órgano de gobierno o si algunos, y cuántos, rompen la disciplina de voto, impidiendo que los electores perciban con claridad la posición del partido y su capacidad de influencia. Si votan no, los siete diputados del PSC habrán subrayado de nuevo la anomalía de este partido federado con el PSOE al cortocircuitar con su indisciplina la conexión entre votante socialista del resto de España y representantes de una formación que defiende esa frase trampa del «derecho a decidir» y participa en los órganos de dirección del PSOE pero no contempla la reciprocidad de este en los del PSC. «Los que no acaten la disciplina están sobrando», sentenció el senador sevillano José Caballos en la reunión a puerta cerrada que tuvieron en la Cámara alta los grupos socialista del Congreso y del Senado.