Donald Trump y el apocalipsis zombi

Luís Pousa Rodríguez
Luís Pousa CON LETRA DEL NUEVE

OPINIÓN

04 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Puede que el mundo se vaya al garete bajo su mandato, pero lo bueno de Donald Trump es que, desde su elección, te levantas y ya te encuentras con la columna escrita: cuanto dice o hace parece ideado por una banda de guionistas eufóricos que hayan agotado en pocas horas la producción anual del laboratorio de Walter White en Breaking Bad.

Pero la última de Trump no va de Breaking Bad, sino de The Waking Dead. Nos cuenta Forbes que una de las claves de su victoria fue el minucioso análisis de los big data, ese torrente de información que regalamos a las redes sociales y a los gigantes tecnológicos cada vez que decimos que sí, que vale, lo que sea, con tal de bajarnos gratis una aplicación. Según Forbes, el yerno de Trump, Jared Kushner, se rodeó de un equipo de gurús de Silicon Valley para lanzar mensajes teledirigidos en Twitter y Facebook e indagar en las preferencias de sus potenciales votantes. Dedujeron que los espectadores adictos a The Walking Dead estaban muy preocupados por la inmigración y eran partidarios de levantar el muro en la frontera de México, así que decidieron colocar en las pausas publicitarias de la serie sus anuncios de Make America great again.

Quien haya visto The Walking Dead ya habrá intuido la tosca identificación entre inmigrantes ilegales y muertos vivientes, y del muro como única protección posible frente a los contagiosos mordiscos de los mexicanos zombis. En la serie, los supervivientes tratan de ocultarse en recintos vallados porque los caminantes son más bien torpes y se acercan apampanados a las verjas para que el sheriff Rick Grimes y sus colegas les metan algún objeto punzante por el ojo, los decapiten o les vuelen la tapa de los sesos, que al parecer son las tres formas más seguras de cargarse a un zombi. Por eso, en uno de los episodios, Grimes y compañía buscan refugio en una cárcel, el paraíso soñado para estar a salvo de las momias andantes. Qué hermosa alegoría de la América de Trump: una prisión como refugio tras el apocalipsis zombi.

No sé cuánto hay de verdad en todo esto. Probablemente menos de lo que pensamos, porque yo mismo soy un devoto friki de los zombis en general y de The Walking Dead en particular, y jamás, ni siquiera previa visita a la botica de Breaking Bad, se me ocurriría votar a Trump. Lo que sí parece irremediable es la premonición que se lee en la solapa del cómic original de Robert Kirkman y Tony Moore en el que se basa la serie de AMC:

-El mundo que conocíamos ya no existe.