¿La izquierda? Fatal, gracias

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente LA MIRADA

OPINIÓN

06 feb 2017 . Actualizado a las 09:00 h.

El PSOE se suicidó en el comité federal del 1 de octubre. Ahora se enfrenta a unas primarias diabólicas de las que es casi imposible que salga un partido fuerte y unido. Podemos no ha aprendido de lo que está pasando en casa ajena y sigue el mismo camino. Con solo tres años de andadura marcados por un éxito sin precedentes, con los socialistas despeñados y la posibilidad cierta de crecer, la formación morada está sumida en una guerra civil de egos y abstrusas disquisiciones entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, que hasta utilizan sus escaños en el Congreso para sus broncas particulares. Mientras la izquierda, la más centrada y la radical, se despedaza en un ejercicio bochornoso de irresponsabilidad y traición a sus millones de votantes, la derecha se frota las manos y aplaude con las orejas. Mariano Rajoy, que estuvo a punto de no ser presidente, ya no solo vislumbra una legislatura larga, sino que se plantea una tercera, y en Ciudadanos, su socio natural, reina la paz. Con el PSOE atemorizado, descompuesto y domesticado, y Podemos convertido en un remedo patético y rastrero de Juego de tronos, la izquierda se desangra. A Rajoy y al PP, que no disimulan su euforia, les han dejado en bandeja presentarse como garantes de la estabilidad y el sentido común frente a dos partidos inmersos en procesos autodestructivos y onanistas dignos de estudio no solo de politólogos, sino también de psiquiatras. Los ciudadanos, especialmente los que siguen pagando la factura de una crisis asimétrica que golpea a los más vulnerables, están más que hartos de las peleas de gallos entre Susana Díaz y Pedro Sánchez, Iglesias y Errejón. En eso está ocupada la izquierda, en debates de nivel ínfimo que pretenden ocultar una descarnada disputa por el poder.