El hombre es omnívoro, pero se cree omnímodo, omnisciente y omnipotente. Omnívoro es el que come de todo; omnímodo, el que lo abarca todo; omnisciente, el que lo sabe todo; omnipotente, el que lo puede todo. Solo Dios es omnímodo, omnisciente y omnipotente. Nadie es tan omnisciente como para saber si Dios es omnívoro o vegetariano, pero sería bueno saberlo, para poder imitarlo. Sin embargo, si se asume la hipótesis de que Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza, Dios es omnívoro. Ser omnívoro o vegetariano tiene ventajas y desventajas.
Según un estudio de la Asociación Médica Americana, los vegetarianos viven más años que los omnívoros, a pesar de que la dieta vegetariana no reduce el riesgo de cáncer. El estudio tiene una base científica, pues fue realizado sobre una muestra de más de setenta mil individuos durante seis años, y una base espiritual, pues todos eran miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, iglesia que anima a sus fieles a mantener una pauta alimentaria vegetariana para parecerse a Dios. Los vegetarianos adventistas consumen más grasas vegetales y menos grasas saturadas que los rechonchos americanos carnívoros, que comen más, beben más y fuman más. Según un estudio de la Universidad Médica de Graz (Austria), los vegetarianos tienen más riesgo de alergia, ansiedad, depresión y cáncer que los omnívoros. El estudio, realizado sobre una muestra de más de mil austríacos, advierte de que los vegetarianos son más delgados y beben menos alcohol que los omnívoros, pero están menos sanos, tienen más riesgos, disfrutan de menos calidad de vida y precisan más atención médica. A los españoles, los austríacos les interesan tanto como los australopitecos. Así que conviene buscar estudios de referencia nacional. Según un estudio de la Fundación Española de Nutrición, encargado por el ministerio correspondiente, los españoles han incrementado el consumo de vegetales en los últimos años, pero no tanto como les pide la Europa omnívora. Los españoles van camino de conseguir el superávit en verduras, aunque continúan con déficit en legumbres y cereales.
Para la Europa omnívora los españoles son arquetipos, estereotipos, prototipos. Nada más lejos de la realidad. Ya los españoles vegetarianos son muy variados. Hay ovo-lacto-vegetarianos, que solo comen vegetales, huevos y lácteos (ni carne, ni pescado). Hay lacto-vegetarianos, que solo comen vegetales y lácteos (ni pescado, ni huevos). Hay ovo-vegetarianos, que solo comen vegetales y huevos (ni carne, ni pescado, ni lácteos). Hay api-vegetarianos, que solo comen vegetales y miel (ni carne, ni pescado, ni lácteos). Y en estos cuatro grupos no están recogidos todos los vegetarianos españoles, ni siquiera están incluidos todos los vegetarianos nacionalistas, españoles o periféricos. España es más plural. También hay españoles veganos estrictos, consumidores solo de vegetales; crudívoros, consumidores solo de vegetales crudos o ligeramente tibios; macrobióticos, consumidores de vegetales equilibrados según objetivos; eubióticos, consumidores de vegetales que evitan la combinación de proteínas y carbohidratos; granivorianos, consumidores solo de vegetales en grano; frugívoros, consumidores solo de frutas (algunos solo de frutas caídas de los árboles).
Desde que los primeros españoles dejaron de ser cazadores-recolectores, han tragado con los mensajes contradictorios que les llegaban de la Europa omnívora. Ahora bien, las cosas están cambiando. Los que mandan en la Europa omnívora no son conscientes de que en esta España cada vez más vegetariana predominan los flexitarianos, consumidores flexibles de vegetales que, ante una crisis extrema, pueden volver a una dieta carnívora indiscriminada, no solo por la insoportable convivencia con el cerdo ibérico como mascota, sino porque, si Dios es omnívoro, el español no va a ser menos.