Un premio para los ritmos que controlan la vida

Javier Cudeiro

OPINIÓN

03 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Ha visto alguna vez dormir a una mosca? Quizá la pregunta le resulte extravagante, pero como todos los seres vivos las moscas tienen cambios en sus períodos de actividad y, en general, alteraciones rítmicas del funcionamiento interno. No solo eso, si no que han demostrado ser un excelente modelo para estudiar los mecanismos que regulan esos cambios. De eso se percataron hace años los premiados con el Nobel de Medicina y, estudiando la mosca de la fruta, desentrañaron los mecanismos genéticos que gobiernan las fluctuaciones rítmicas de nuestra existencia, los biorritmos. Muchas de esas fluctuaciones ocurren en relación con las fases de luz y oscuridad y se conocen como ritmos circadianos, es decir, cercanos al día. El más conocido es el binomio sueño-vigilia que define nuestra actividad motora y las fases de descanso, pero existen muchos fenómenos fisiológicos que varían a lo largo de ese período, como la temperatura o la secreción hormonal. ¿Cómo se genera esa ritmicidad? ¿Cómo funciona el reloj interno que controla la vida? La respuesta a esas preguntas valió un Nobel.

Los laureados nos han mostrado la maquinaria molecular que regula los cambios de las células a lo largo del ciclo noche/día. Descubrieron que un gen bautizado con un nombre sugerente, Period, era responsable de generar una proteína (PER) que se acumula en el interior de las células durante la noche y se destruye a lo largo del día. Con el tiempo añadieron más componentes al sistema -genes y sus proteínas- hasta configurar el esquema de un auténtico interruptor fisiológico que marca la actividad rítmica circadiana. Precisión molecular que controla funciones clave del organismo y cuyo desajuste (jet lag, turnos de trabajo, alteración en los períodos de sueño) compromete el bienestar. Mas aún, existen evidencias de que las discrepancias entre el estilo de vida y la cadencia que marca nuestro reloj celular se asocia con un mayor riesgo para varias enfermedades. Un Nobel a la ciencia básica para entender la vida. Alégrese, aunque no lo sepa tiene mucho ritmo, está en sus genes.

Javier Cudeiro es catedrático de Fisiología de la UDC y director del Centro de Estimulación Cerebral de Galicia.