Cuando Luz publicó su séptimo disco, las cosas no pintaban sencillas. El antecedente, A contraluz (1991), había roto su techo comercial y, a golpe de bolero, había catapultado a la artista a una categoría propia. Cuatro años esperó Luz para entregar nueva obra: Como la flor prometida no era un álbum continuista, sino aventurero. La profusión de programaciones electrónicas y una producción moderna podrían haber alejado al oyente casual, pero es verdad que el repertorio disipaba cualquier duda. Entre los autores del cancionero están, además de la misma Luz, los ilustres Albert Hammond (Julio Iglesias, Whitney Houston) y Holly Knight (Tina Turner, Aerosmith), que participan en dos puntales: la dulce Entre mis recuerdos y el rock Plantado en mi cabeza. También firman Antonio Vega, las Vainica Doble o Carlos Goñi, que entrega el hito romántico Besaré el suelo. Con un excelso plantel de músicos, ofrece cobijo este disco a sonoridades diversas: de la neocopla (Lo eres todo) a la gaita de Carlos Núñez en la muy gráfica Vengo del norte. Y la de Boimorto, otra vez, atinó en el ojo de la diana.