Del MIR al PIR

Manuel Luis Casalderrey
Manuel L. Casalderrey RINCÓN ABIERTO

OPINIÓN

07 feb 2018 . Actualizado a las 15:50 h.

Las siglas MIR (acrónimo de médico interno residente) corresponden a la figura de un médico en prácticas. El ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, acaba de hacer la propuesta de algo equivalente para los profesores, el PIR (profesor interno residente) (La Voz de Galicia, 28-1).

La idea no es nueva. En el artículo 24.2 de la Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE), de 3 de octubre de 1990, se dice: para impartir las enseñanzas de esta etapa (ESO) será necesario además (de la titulación) estar en posesión del título profesional de especialización didáctica. Este título se obtendrá mediante la realización del curso de cualificación pedagógica (CCP), con una duración mínima de un año académico que incluirá, en todo caso, un período de prácticas docentes... No llegó a materializarse porque las prácticas no eran remuneradas y su realización suponía un fuerte desembolso para los profesores en prácticas. Además, a los tutores de esas prácticas apenas se les retribuía.

La idea del PIR es buena. Se pretende que el profesor adquiera la formación necesaria para el mejor desempeño de su trabajo profesional. Los PIR recibirían una preparación equivalente a la de los médicos (MIR) y farmacéuticos (FIR) internos residentes en los hospitales. De la misma forma que un licenciado en Medicina ha de aprender a operar antes de ejercer como cirujano, un licenciado en cualquier materia ha de aprender a enseñar antes de ejercer como profesor.