Serlo y parecerlo significa ser auténtico. Hay que pedirle tanta autenticidad al César como a la mujer del César. César fue tajante con lo de que «la mujer del César no solo debe ser honrada, sino parecerlo», en el momento en que algunas le pedían que revocase su divorcio con Pompeya, por haber asistido a una de las típicas orgías entre damas romanas de alta alcurnia.
Nunca hubo tanta coincidencia en esa cita histórica como en el caso del fichaje de Begoña Gómez por una prestigiosa escuela de negocios para dirigir un centro de estudios africanos, recién estrenada una excedencia laboral que había solicitado para dedicarse a las tareas de primera dama.
Si se critica al César, el debate se centra en la política. Si se critica a la mujer del César, el debate se centra en el machismo. Si no se quiere debate, se lleva la cosa al ámbito privado y personal. Si se quiere debate, se dice que la cosa es pública y notoria. Hablamos de personajes, así que la crítica va en el sueldo. Se da por hecho que Pedro Sánchez es de izquierdas. En ningún código ético está escrito que un político de izquierdas haya de vivir como los trabajadores a los que defiende. En ningún código ético está escrito que no pueda acudir, con su mujer, desde Madrid a Castellón, a un concierto de The Killers en un Falcon del Ejército del Aire. Los que gobiernan lo entienden, los gobernados lo sobreentienden.
En un sistema capitalista avanzado, ser de izquierdas ya no consiste en luchar en las barricadas para mejorar las condiciones de los trabajadores. Ya no se trata de lucha de clases, pero sí de lucha contra los privilegios de clase. Si uno no lucha contra esos privilegios, o incluso se los aplica a sí mismo, ganará ringorrango social, pero perderá credibilidad política, porque habrá perdido autenticidad personal. Begoña Gómez tiene el privilegio de ser la mujer del presidente, pero no tiene responsabilidad política. El marido de Begoña Gómez sí la tiene. Referirse a la mujer de alguien se considera machista. ¿Y si estuviese casada con otra mujer? ¿Y si él estuviese casado con otro hombre? No es cuestión de género, ni de condición, ni de currículo.
Es cuestión de oportunismo. La empresa contratante ha calculado los costes de oportunidad mejor que la contratada. También ha calculado la maximización de beneficios mejor que la mujer del presidente un amigo del presidente, Jordi Sevilla, quien cobrará más de medio millón de euros anuales como directivo de Red Eléctrica Española. Ser de izquierdas, serlo y parecerlo.