Integrar las TAC de forma coherente

Juana Otero TRIBUNA

OPINIÓN

16 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Hoy en día, no podemos dar la espalda a la realidad que nuestro alumnado vive en sus hogares ni a las exigencias sociales y laborales. El colegio debe ser una continuación de la educación recibida en casa y no una vuelta al siglo pasado. El uso de los dispositivos tecnológicos en clase como herramienta educativa acerca a niños y adolescentes a ese mundo en el que viven su día a día.

Supervisados por el profesorado, favorecen el cambio de rol del alumno/a, que es protagonista de su aprendizaje. Además de potenciar la creatividad, les aporta autonomía y contribuyen a ofrecerles una educación más personalizada, adaptándose al ritmo de cada estudiante y controlando todo el proceso de una forma sencilla, incluido el buen uso de las mismas. La búsqueda y análisis de la información entrena el sentido crítico y la capacidad de síntesis. A nivel neurológico, los inputs que recibe el alumno de un dispositivo centran su atención, incrementando el nivel de retención de información, la concentración y la motivación, favoreciendo el aprendizaje en todos sus ámbitos.

Las nuevas tecnologías [TAC, tecnologías del aprendizaje y el conocimiento] han llegado a las aulas para quedarse; si las integramos dentro del proyecto educativo de una forma controlada y coherente, contando con el apoyo de las familias, nos aseguraremos de que los alumnos adquieran los conocimientos y habilidades necesarios para su buen uso en el entorno familiar, social y de tiempo libre aportando, en consecuencia, una educación de calidad acorde con los tiempos y las exigencias de la sociedad actual.