Hay inversores para las plantas de Alcoa en Avilés y en A Coruña. Este parece ser el discurso de la Ministra de Energía y si así es, bienvenidos sean, se habrá apaciguado la tormenta ¿El sol? Ese seguirá sin ponerse. España tiene unos 35 grupos industriales electro-intensivos. El empleo directo que generan es de 70.000 personas, si le sumamos el indirecto, podríamos hablar de 200.000 trabajadores. Las plantas de Avilés y A Coruña mueven unos dos mil trabajadores, si sumamos los indirectos, por tanto, el problema que tiene encima de la mesa el Gobierno afecta exclusivamente al 1% del empleo de este tipo de industrias ¿A dónde quiero llegar? A que hay que solucionar Alcoa, pero hay que hacer algo más, transformar este país y hacerlo competitivo a nivel energético. Hay dos acciones ministeriales que son urgentes, la primera sería clarificarle al sector sus ingresos para el 2019. No es de recibo en noviembre aún no sepan cuánto van a ingresar el año que viene. Así no se puede gestionar una empresa ¿Cómo saber cuál es tu posición competitiva en el mundo si ignoras el coste de tu producción? Y es esto de lo que estamos hablando. Sé que la ministra es nueva y no tiene experiencia en economía industrial, pero ello no debe ser causa para que no controle los tiempos. Se supone que el equipo que la asiste sí debe tener visión de conjunto. En todo caso, eso no es un problema nuevo para el ministerio, más bien todo lo contrario. Hace dos años y medio ya se creó, dentro de la mesa del acero, un grupo de trabajo formado por representantes del ministerio, sindicatos y patronales para dar solución a los problemas de los grandes consumidores de energía, pensando l en su competitividad ante los mercados internacionales. Toca ya que lo prioritario también sea urgente.
La segunda acción debe estar encaminada a abaratar el coste energético, y esto pasa por dos vías, la primera es potenciar la interconexión energética con el resto de Europa. Los 2.000 megavatios programados a través del golfo de Vizcaya ya está claro que no serán suficientes. Si podemos comprar la electricidad nuclear de Francia y con ello abaratar el coste, ¿por qué no hacerlo? ¿Por no sacrificar el principio de suficiencia energética? Habrá que replantearse este principio. La otra vía es la potenciación de las energías renovables, su coste ya es inferior al de las fósiles. Cierto que su producción no es cierta pero esa dificultad la superaríamos estirando la vida útil de las nucleares y llegado el momento, gracias a la interconexión energética, comprándola a otras naciones.