Paganos

José Francisco Sánchez Sánchez
Paco Sánchez EN LA CUERDA FLOJA

OPINIÓN

01 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Me he reído mucho con un artículo de la escritora británica Julie Burchill sobre el nuevo paganismo. La clave irónica ya se indica en el título, donde pide que le ahorren, por favor, este resurgir pagano, para agregar, en el subtítulo, que los paganos generalmente son pervertidos y ni siquiera de un modo sexi. Cuenta muchas manifestaciones de este revival de las religiones primitivas. Solo tenía noticia de algunas por muestras menores que también se dan aquí: proliferación de las artes adivinatorias -practicadas incluso por alguna jueza-, regreso de la brujería y de lo satánico, cosas así que, por lo que se ve, en Gran Bretaña van tomando proporciones mayores, incluso con cierta pretensión de equipararse al cristianismo o de enfrentarlo, especialmente en Navidad, por aquello de los solsticios.

Burchill los abochorna con un sentido común hilarante, que es la mejor manera de aplastar al enemigo en una discusión. Dice, por ejemplo, que si a un cristiano le pides que haga un sacrificio, lo más probable es que se rasque el bolsillo en favor de los más necesitados, mientras que el pagano agarrará un machete para ofrecer a la Madre Naturaleza el primer ser peludo que se ponga a su alcance. Nos habíamos librado de esa monstruosidad hace veinte siglos, cuando la gente empezó a encontrar refugio en la ternura cristiana frente a la ferocidad de aquel despiadado mundo antiguo. Es la razón que muchos autores aducen para entender el rápido triunfo del cristianismo. Otros también explican que el nivel de religiosidad siempre se mantiene más o menos constante, pero adopta formas perversas cuando los cristianos pasan por una de sus crisis. Ocurrió con el paganismo nazi, por ejemplo.

@pacosanchez