Tiene usted un defecto. Lo ha dicho Sánchez tras pensárselo a fondo sobre el colchón más importante de España. Usted no habla claro, emite señales confusas, necesita mejorar sus capacidades comunicativas, no se le entiende. Si piensa que lo único que tiene que hacer cuando se le indica es introducir una papeleta en un sobre se equivoca mucho. Ese acto va mucho más allá de lo que viene siendo ejercer el santo derecho al sufragio. Porque cuando se vota hay que votar bien, no a medias como ha hecho en mayo, tan a medias que no valió para nada. Y como a los malos estudiantes, ahora le toca repetir curso. Y esa repetición no es culpa de quien no es capaz de llegar a acuerdos para gobernar; esa repetición es solo culpa suya que ha votado fatal, que es usted una irresponsable.
Eso sí, como el voto es individual y no pactado, para evitar que en noviembre vuelva a ser una chica mala y vuelva a liársela parda al paciente Pedro Sánchez podría quedar con otros insensatos como usted y organizarse bien para que al presidente le dé para ser presidente y pueda dormir como merece en el santo colchón de la democracia de España.
Él no se merece estos insomnios, ni que lo obliguemos a gobernar con personas que le quitan el sueño. Un presidente mal dormido es un peligro porque el insomnio produce alteraciones cognitivas y menudo problema si el alterado es nuestro timonel. Hitler no se enteró del desembarco de Normandía hasta unas horas más tarde de haberse producido porque esa noche durmió mal y sus esbirros no lo despertaron hasta las diez de la mañana, cuando los aliados ya correteaban por Francia. Así que, por favor, vote usted bien en noviembre y deje dormir al presidente en su colchón.