¿Podemos acabar en 20 años con el cáncer de pulmón?

Bartomeu Massut TRIBUNA

OPINIÓN

Si la sociedad de hoy dejase de fumar, en 20 años no tendría prácticamente cáncer de pulmón. Sería en ese momento un tumor anecdótico

15 nov 2019 . Actualizado a las 13:43 h.

La importancia creciente del cáncer como uno de los mayores retos sanitarios actuales está asociada fundamentalmente al aumento de la expectativa de vida. Globalmente, circunstancias asociadas al «estilo de vida» en las sociedades modernas suponen la mayor parte de los factores de riesgo para los diferentes cánceres, y, de entre ellos, la exposición al tabaco es el mejor definido y el de mayor relevancia. El hábito de fumar comporta un aumento de riesgo para la aparición de diversos cánceres, fundamentalmente del cáncer de pulmón. El cáncer de pulmón es a nivel global desde hace más de dos décadas la causa más frecuente de años potenciales de vida perdidos por cáncer.

En España en el 2017 esta enfermedad supuso el 28,9 % de las muertes por cáncer en hombres y el 10,83 % en mujeres, y las pérdidas de productividad atribuibles al cáncer de pulmón superan desde hace una década el 25 % del impacto del conjunto de los cánceres, acumulando un coste superior a los 13.100 millones de euros entre el 2008 y el 2018.

En el 2020 cerca de 29.000 personas en España recibirán un diagnóstico de cáncer de pulmón. El tabaquismo es el principal factor de riesgo y el tabaquismo pasivo (en el hogar o en el lugar de trabajo) es el segundo de los factores de riesgo.

Los datos del Registro de Tumores Torácicos puesto en marcha por Grupo Español de Cáncer de Pulmón, que incluye actualmente a 12.000 personas, muestran que el 86 % de los pacientes son fumadores o ex fumadores.

La edad de inicio al hábito tabáquico y el consumo acumulado a lo largo de la vida son circunstancias que incrementan el riesgo del cáncer de pulmón. Pese a su elevada mortalidad, en el cáncer de pulmón es posible la prevención primaria, evitando su aparición. La reducción del tabaquismo comporta una disminución paralela de su mortalidad con un intervalo temporal de aproximadamente dos décadas. Es decir, si la sociedad de hoy dejase de fumar, en 20 años no tendría prácticamente cáncer de pulmón. Sería en ese momento un tumor anecdótico. Mientras tanto, hay que pensar que las medidas legislativas y educativas antitabáquicas están entre las intervenciones sanitarias más coste-eficientes.

En España ya se observa una reducción de la mortalidad por cáncer de pulmón en hombres, pero todavía continúan aumentando las muertes entre las mujeres, siendo previsible, como en otros países europeos, que superen las causadas por el cáncer de mama, que es el más frecuente entre este grupo de población. Otro factor de preocupación para el futuro es que, en la población adolescente española, más de la tercera parte de los jóvenes (34,7 %) han iniciado el consumo de tabaco, una de las tasas más elevadas entre los países europeos. En el cáncer de pulmón evitar o abandonar el tabaco son claves para poder reducir su impacto social y sanitario.

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