La Oferta Pública de Adquisición (opa) presentada por Six Group por el 51 % de BME es un nuevo capítulo de la segunda oleada de fusiones en el sector de los operadores de mercados financieros y bolsas. La primera tuvo lugar en los primeros años del siglo y de ella nació el mayor operador bursátil mundial. En los últimos dos años el líder mundial y europeo, NYSE Euronext, ha adquirido dos nuevos mercados, el Irish Stock Exchange en el 2018 y la Bolsa de Oslo en el 2019. Lo que obliga a mover ficha a los que quieran seguir siendo mercados relativamente independientes. En esa estrategia hay que enmarcar la oferta del operador bursátil suizo, lanzada de manera amistosa, en la que el único termino que queda por fijar es el precio, habida cuenta de la buena recepción del consejo de administración de Bolsas y Mercados Españoles. Se respetará la independencia de BME durante al menos 4 años y se continuará con las marcas BME, entre las que destacan los índices IBEX y Latibex.
Con esta operación Six Group se convierte en el tercer operador bursátil europeo, tras NYSE Euronext y Deutsche Borse. Se pretende utilizar España como hub de financiación para los mercados latinoamericanos. Y mantener BME como una empresa cotizada.
En el momento de la opa, BME estaba manteniendo conversaciones preliminares con NYSE Euronext para estudiar una posible fusión. Lo que hace al mercado esperar una contra oferta del líder mundial en los próximos días. Y así lo descuenta la cotización de BME, que supera en más de un euro los 34 euros por acción ofrecidos por el grupo suizo. Independientemente de que se materialice una posible contraoferta de NYSE Euronext, parece que el mercado apuesta por un precio mayor. Los niveles de valoración en los que se mueve BME en la actualidad no son muy altos y sin duda existe margen para aumentar el precio ofrecido sin poner en riesgo el retorno esperado por el comprador.
Estratégicamente la fusión es positiva para la Bolsa española y para nuestro país. La integración con el operador suizo traerá aparejado el acceso a un nuevo abanico de inversores privados e institucionales muy potentes que, sin duda, mejorarán las condiciones y el volumen de la financiación de empresas españolas y latinoamericanas.
Da la impresión de que el sector financiero español es favorable a la operación; la CNMV también lo es, aunque indica que será una operación larga. La mayor incógnita está ahora en la reacción del Gobierno en funciones, sobre si este asunto entra dentro del pacto firmado con Unidas Podemos, lo que reduciría mucho las posibilidades de un beneplácito. No debería ser así, es negativo para los intereses de las empresas españolas y por lo tanto para el país, y es anacrónico que exista capacidad de vetos por parte de los gobiernos en asuntos corporativos. Y si un gobierno considera algún sector estratégico, debería estar directamente presente en el mismo para asegurar los objetivos estratégicos que se busquen.