Cuanta más bioquímica, mejor medicina

Jaime Gómez Márquez TRIBUNA

OPINIÓN

IMPERIAL COLLEGE LONDON

27 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El premio Nobel de Medicina y Fisiología de este año fue concedido a tres investigadores por sus descubrimientos sobre cómo las células perciben y se adaptan a la disponibilidad de oxígeno. Pura bioquímica y biología molecular (en adelante BBM). Y así ha ocurrido muchas veces a lo largo de la historia de los premios Nobel.

A diferencia de la política, la economía o la historia, a muchos de nuestros lectores la BBM les suena poco o nada y desde luego no se la relaciona con la medicina. Lo contrario ocurre con otras especialidades médicas como la ginecología, pediatría o traumatología por citar solo tres ejemplos. Y sin embargo, la inmensa mayoría de las enfermedades tienen en última instancia una causa relacionada con la BBM en forma de alteraciones metabólicas, estructuras moleculares defectuosas, mutaciones en el genoma o un descontrol en la expresión genética. Algunas de las enfermedades y moléculas más «populares» son objeto de estudio de la BBM: insulina/diabetes, colesterol/ateroesclerosis, alcohol/cirrosis hepática, lactosa/intolerancia a la leche, aminoácidos aromáticos/fenilcetonuria, factor VIII/coagulación de la sangre, transaminasas/hepatitis, hemoglobina/anemia, colágeno/osteogénesis imperfecta, sildenafilo (viagra)/disfunción eréctil, oncogenes/cáncer, litio/esquizofrenia, prión/encefalopatía espongiforme, hormona del crecimiento/enanismo, anticuerpos/vacunas, y un largo etcétera. También la acción de los medicamentos, la nutrición o el diagnóstico prenatal no se pueden entender sin la BBM.

Aunque la bioquímica en los hospitales esté centrada en los análisis clínicos, su importancia va mucho más allá porque la BBM es básica para comprender la enfermedad y por tanto para buscar las mejores estrategias para diagnosticar, tratar y curar al enfermo. Por eso es tan fundamental que los estudiantes de medicina tengan una buena formación en el ámbito de la BBM y por eso las mejores facultades de medicina del mundo tienen, bajo diferentes nombres, departamentos muy potentes relacionados con la BBM lo cual redunda en el progreso científico, la calidad asistencial y el prestigio de la universidad. Dos ejemplos: en la Harvard Medical School (USA) existe el departamento de Química Biológica y Farmacología Molecular cuyos objetivos son la enseñanza, la investigación en los mecanismos moleculares en la salud y la enfermedad, y la prestación de servicios, y en la universidad de Oxford (UK), en su división de Ciencias Médicas, hay un gran Departamento de Bioquímica con similares objetivos.

Yo quiero que la magnífica Facultad de Medicina de mi universidad, que lo es también de toda Galicia, sea una facultad en la que la BBM sea un actor principal tanto como agente docente e investigador como de apoyo a las materias clínicas. Quiero que nuestros estudiantes tengan una buena formación bioquímica para que puedan ejercer la medicina con unos conocimientos que les ayuden a comprender las enfermedades desde una perspectiva molecular. Incluso sería muy positivo que algunos estudiantes una vez finalizada su carrera se dedicasen a investigar la base molecular de las enfermedades y el diseño de las estrategias terapéuticas moleculares para derrotarlas. Los médicos que he conocido personalmente y que se han dedicado a la investigación, han sido y son muy brillantes. No podemos resignarnos a que carencias estructurales incomprensibles, una visión de la medicina alejada de las ciencias básicas o la pasividad de las autoridades académicas impidan darles la mejor formación en BBM a nuestros estudiantes de medicina. En ello nos va nuestra salud lo cual no es poco. Finalmente, quiero aclarar que no soy médico, soy biólogo; de todos modos, a este nivel no asistencial, esto poco importa porque la medicina no deja de ser una rama de la biología dedicada al estudio del ser humano en la salud y la enfermedad.