¿Ministerio de qué?

Pedro Armas
Pedro Armas EN LÍNEA

OPINIÓN

17 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Algunos de los nuevos ministerios tienen nombres largos y confusos porque no han nacido de un parto, sino de un reparto. Solo ocho son uninominales: Justicia, Defensa, Interior, Sanidad, Igualdad, Hacienda, Consumo y Universidades. Los ministerios de las vicepresidencias son los más grandilocuentes: Derechos Sociales y Agenda 2030; Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática; Asuntos Económicos y Transformación Digital; Transición Ecológica y Reto Demográfico. Se denominan a partir de instrumentos o procesos (agenda, memoria, asunto, transformación, reto, transición) que se solapan (la agenda 2030 debería estar en el Ministerio de Transición Ecológica). Pero, para rimbombante, la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia de País a Largo Plazo.

Hay ministerios con nombres redundantes, en los que la primera acepción engloba las demás: Educación y Formación Profesional; Transporte, Movilidad y Agenda Urbana; Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación. Asuntos Económicos no incluye Industria, Comercio y Turismo, ni Agricultura, Pesca y Alimentación. Tampoco incluye Economía Social, inserta en Trabajo, que no incluye Seguridad Social y Pensiones, metidas en Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Deporte sigue vinculado a Cultura y Función Pública a Política Territorial, aunque de esta habrá de ocuparse el presidente. Ciencia e Innovación se desvincula de Universidades, lo cual no entienden ni los rectores ni el propio ministro.

Se ve que es difícil ponerle nombre de ministerio a un ministerio. No se trata de que tengan nombres preciosos como los ministerios de Orwell: Abundancia, Amor, Paz, Verdad, que de hecho acababan siendo gabinetes de manipulación, pero tampoco se trata de que uno escuche las noticias y pregunte: ¿ministerio de qué?