Nueva estrategia del poder judicial

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

Mariscal | Efe

17 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Somos millones los españoles que saltamos de alegría al ver, al fin, al Consejo General del Poder Judicial pronunciándose sobre cuestiones de actualidad. Lo aguardábamos con auténtica necesidad. Porque durante décadas creímos que sus miembros vivían en otro país. Tantos años sin abrir la boca y de repente, en un par de días, dos pronunciamientos para sacudir la vida política y judicial española.

Por una parte, el CGPJ le ha recordado a Pablo Iglesias que hay que ser más respetuoso con la justicia, apelando a «la moderación, prudencia y mesura, y a la responsabilidad institucional para evitar la utilización política de la justicia o el cuestionamiento de la independencia, la imparcialidad y la profesionalidad de los/as jueces/zas y magistrados/as que integran el Poder Judicial». Que está muy bien que lo haga y le recuerde que ahora es vicepresidente y no agitador social. Pero incluso habría estado mejor y más autorizado si lo hubiera hecho también cuando Rafael Catalá, entonces al frente del ministerio, criticó al magistrado que defendió con su voto particular a los condenados en la sentencia de La Manada y se burló de la víctima. No se pronunció entonces el Consejo, pero bueno, nunca es tarde.

Y una vez que le pilló el ritmo, el presidente Carlos Lesmes propuso ayer mismo no considerar a Dolores Delgado idónea para la Fiscalía, mientras algunos de sus vocales preparan una resolución contra su nombramiento. Que también está muy bien y habría estado mejor si se hubiesen pronunciado cuando Andrés Ollero, portavoz parlamentario del PP en Justicia, pasó al Tribunal Constitucional sin utilizar la puerta giratoria. Directamente.

Es para desconfiar. Son tantos y tantos los asuntos que le competen en los que el CGPJ no ha abierto la boca que es para desconfiar. Es tal el caos en que se encuentra la justicia de nuestro país, no hay más que echar un vistazo aquí al lado, a Lugo; son tantas y tantas las ocasiones en que nos hubiese gustado conocer su parecer, fueron tantas las veces en que aguardamos necesitados de sus criterios, que ahora recibimos con alborozo sus opiniones. Opiniones, por cierto, que desconocemos sobre los revolcones que la justicia europea le está dando a la nuestra.

No vamos a ser tan perversos como para pensar que el poder de los jueces, de mayoría conservadora, ha decidido entrar en una guerra abierta con el nuevo Gobierno y que está dispuesto a responder a cada decisión o declaración del Ejecutivo. No. Debe de ser que el órgano que rige el poder judicial, y que el PP se niega a renovar, ha cambiado de estrategia. Así de sencillo. Y que pasa de la discreción y el disimulo que mantuvo hasta ahora al combate que se vislumbra en el horizonte. Pero tiene que cuidarse de lo que hace y cómo lo hace, porque después de una trayectoria tan inhibida y borrosa podríamos pensar que se ha decidido a hacer política. Que no lo pensamos. Ni se nos ocurre pensarlo.