El coronavirus; una prueba global

Dorit Nitzan
Dorit Nitzan FIRMA INVITADA

OPINIÓN

ABEDIN TAHERKENAREH

23 feb 2020 . Actualizado a las 16:31 h.

El brote epidémico al que ahora nos enfrentamos supone una prueba para la solidaridad global y está por ver si la humanidad trabajará conjuntamente para combatir este enemigo invisible. Las enfermedades no respetan fronteras y atacan sin distinción de nacionalidad o ideología. 

Nuestro adversario es el novedoso coronavirus, conocido como COVID-19. Es tan nuevo y es tanto lo que aún desconocemos sobre él, que es natural que produzca inquietud entre la población. Afortunadamente, cada día aprendemos más y estamos empleando todos los avances a nuestro alcance para averiguar más y asegurarnos de que todos los países se encuentren preparados.

Estamos trabajando las 24 horas los siete días de la semana con redes de expertos y detectores de enfermedades para comprender las consecuencias que el virus que causa el COVID-19 tiene en aquellos que se ven afectados, así como la forma de prevenir contagios y cómo atender a las personas que contraen la enfermedad. Los investigadores trabajan contrarreloj para acelerar el desarrollo de una vacuna y también tratamientos.

Desde la Oficina Regional para Europa de la Organización Mundial para la Salud ofrecemos orientación a nuestros Estados miembros. En países de prioridad alta, cuyo sistema sanitario puede encontrarse bajo presión debido a casos del COVID-19, la OMS se está asegurando de que existe la capacidad para identificar, aislar y tratar a los pacientes de forma rápida y eficiente. Estamos activando redes de laboratorios de referencia, aportando equipos para realizar pruebas y facilitando el envío de muestras. Estamos dando prioridad al apoyo técnico y financiero para cubrir vacíos en las respuestas en situaciones de emergencia, especialmente en laboratorios, prevención y control de contagios, además de la comunicación de riesgos. 

Sabemos, por brotes anteriores, que el miedo y la desconfianza dificultan la respuesta a las epidemias

Se trata de un esfuerzo bidireccional y la responsabilidad recae de forma conjunta entre la OMS y todos los países de Europa. España forma parte de este proceso y valoramos el espíritu cooperativo y los conocimientos de las autoridades del sistema público de salud español.

La situación también ha generado una «infodemia», con la circulación de informaciones incorrectas y rumores a una escala mayor que la del propio virus. En las redes sociales se pueden leer afirmaciones falsas de que es posible prevenir o tratar la infección con cualquier cosa, desde plátanos hasta cocaína. Conocemos informes de estigmatización y discriminación hacia personas que proceden, o tienen el aspecto de provenir, de aquellas áreas afectadas por el brote. Esto no solo es injusto, sino que también sabemos, gracias a brotes anteriores, que el miedo y la desconfianza dificultan la respuesta a las epidemias. Los estigmas llevan a muchas personas a no buscar ayuda y sí, en cambio, ocultarse y esconderse.

¿De qué manera puede actuar una persona corriente? Puede elegir no caer en discriminaciones y evitar las suposiciones negativas sobre sus conciudadanos. Adaptar las costumbres y normas de cortesía de su país a la situación. Puede adoptar precauciones razonables como mantener limpias las manos, guardar al menos un metro de distancia con aquellas personas que no se encuentren bien, estornudar y toser contra el interior del codo flexionado o en un pañuelo de papel, que después puede depositar en un contenedor con tapa. Enseñar a sus hijos a evitar los estornudos y toses hacia otras personas y lavarse las manos con frecuencia.

Con amabilidad y civismo avanzaremos notablemente a la hora de promover la solidaridad que ahora necesitamos para estimular a la humanidad entera de cara a que trabaje conjuntamente para prevenir muertes y restablecer completamente la salud de los afectados.