Esplendor en la hierba de la Casa Blanca

OPINIÓN

Kevin Lamarque | Reuters

13 may 2020 . Actualizado a las 08:43 h.

Hace poco —como aquí, la memoria es frágil— decía que el covid-19 iba a pasarles de refilón. Hoy, a Donald Trump le queda el consuelo de mantener a su odiada prensa a una distancia prudente y en silla plegable. Así y todo, en el escenario del jardín de rosas de la Casa Blanca la toma con una periodista con rasgos asiáticos. Ella no entiende por qué exhibe pancartas esplendorosas, «América, líder en el mundo en test», con los que están cayendo, 81.000 muertos y 1,3 millones de contagios, algunos incluso en el ala oeste: «No me preguntéis a mí, preguntad a China», brama el hombre que quería meter desinfectante en vena a los enfermos. Trump siempre parece incómodo, como si llevara una china en el zapato. Le pasa a cualquiera. Otra cosa es tener en el zapato no una china, sino a China. Lo cual es malo para su pie y para su reelección, esa que hasta hace nada iba a lograr casi de tacón.