El sistema inmunitario es uno de los más complejos y fundamentales del organismo, junto con el nervioso. Funciona de forma coordinada, con distintos niveles de actuación y respuesta, para defendernos de diversos patógenos. Cuando un virus como el SARS-Cov-2 entra en nuestro organismo, las células infectadas lanzan una señal de alarma (interferones de tipo I), que captan otras células vecinas, avisándolas de la entrada del invasor, y que se preparen para no replicar el virus. En este punto se pone en marcha la inmunidad innata, con células (fagocitos y células citotóxicas naturales) y sustancias que intentarán eliminar el virus y las células infectadas. Esta inmunidad innata es rápida en actuar y puede ser eficaz en resolver la infección, pero no siempre, ya que los virus tienen mecanismos de escape. De este modo las personas pueden haber sido infectadas, ser casi asintomáticas, y una vez controlado el virus, no ser infectivas.
Si este nivel no es suficiente, se activa la inmunidad adaptativa (en días-semanas) con los linfocitos T y B, francotiradores muy específicos. Esta respuesta es más potente y eficaz, ayuda a resolver la infección, y a generar memoria inmunitaria. Tras la activación de los linfocitos B, se producen anticuerpos solubles (IgM, IgG o IgA), que podrán neutralizar y eliminar el virus. Estas personas estarían protegidas durante un tiempo y podrían donar su plasma; pero si el virus cambia, podrían volver a infectarse, como ocurre con las nuevas cepas de gripe.
El sistema inmunitario es eficaz y contiene de forma adecuada al SARS-Cov-2 en la mayoría de las personas (80-85 %), otros pueden sufrir cuadros más graves, y en menor porcentaje, casos severos o muerte. Los pacientes ancianos con un sistema inmunitario alterado (inmunosenescencia) o aquellos con patologías crónicas (diabetes, hipertensión) son especialmente vulnerables. También se ha observado la denominada «tormenta de citoquinas», con liberación exagerada de sustancias pro-inflamatorias. Una detección temprana, y su control con inmunoterapia, se emplean actualmente con éxito.
Con la vacunación se pretende «engañar» al sistema inmunitario para entrenarlo, y debe simular lo más posible a la infección natural. Debe ser segura, ya que se pone en personas sanas, e inducir un alto porcentaje de protección en el grupo de personas vacunadas. Nunca antes se habían puesto tantos investigadores y medios a trabajar en vacunas en tan poco tiempo. Esperemos que estos recursos que se están invirtiendo den sus frutos, pero no es posible acortar determinados plazos. Aunque una vacuna sería lo más eficaz y económico a nivel global, también se trabaja en posibles tratamientos, y ambas vías hay que explorarlas.
Es hora de la inmunología. Con la llegada de esta pandemia, se ha evidenciado más que nunca la necesidad de potenciar la inmunología, en los ámbitos pre y universitarios, en la investigación básica y aplicada, en la especialidad a nivel clínico, y en la sociedad. El sistema inmunitario está implicado en la mayoría de enfermedades y por ello debemos potenciar su conocimiento. La inmunología va a ser crucial en esta y en futuras pandemias, además de todo el campo clínico que ya desarrolla en la prevención, diagnóstico y terapia de patologías como autoinmunidad, inmunodeficiencias, trasplantes, alergia, cáncer, inmunoterapia, etcétera.
La investigación básica en inmunología, ha permitido el desarrollo de la medicina que hoy conocemos. Mejores técnicas de diagnóstico, el descubrimiento de nuevas moléculas diana para fármacos, la identificación de tumores, el conocimiento de las bases de enfermedades inmunomediadas o terapias dirigidas para activar o inhibir el sistema inmunitario.
Tal vez no se sepa, pero todo esto ya está empleándose diariamente en nuestros hospitales. Un mayor conocimiento y desarrollo de la inmunología es una tarea pendiente en nuestro país. Quiero agradecer a todos los contribuyentes, personas y empresas, que con sus impuestos ayudarán en esta tarea, y a los dirigentes que espero sepan invertir en esta área, para mejorar nuestra salud y economía.
Reivindico por tanto el espacio que se merece. Acerca la inmunología a tu vida. Y como lema: «Immunopower».