
Nadia Calviño perdió. Ya no será la presidenta del Eurogrupo, cargo desde el que podría haber capeado las necedades protagonizadas por alguno de sus colegas de consejo de ministros. Nacida en 1968, Calviño está sobradamente preparada. Habla cuatro idiomas (español, inglés, francés y alemán), es discreta y fuerte de carácter. Parecía que tenía el apoyo de los países del norte, pero no fue así. El cinismo campa a sus anchas. También en Bruselas. Al final, ganó el candidato irlandés. Dicen que es bueno. Ojalá.