Los objetivos de la fusión

Antonio Carrascosa FIRMA INVITADA

OPINIÓN

Eduardo Parra | Europa Press

18 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Uno de los objetivos básicos de la fusión entre CaixaBank y Bankia es contrarrestar la tendencia decreciente de la rentabilidad de la banca española (y europea). La integración mejorará la rentabilidad del nuevo grupo por una vía defensiva: la reducción de costes. Esto quiere decir que para generar los mismos ingresos (la suma de los de las dos actuales entidades) se necesitarán menos oficinas y personal. Esta es la esencia de la fusión y por eso son incomprensibles declaraciones políticas en las que se dice que el Gobierno velará para que la fusión tenga el menor impacto posible sobre el empleo. Si esto fuera así, no tendría sentido la fusión.

¿Hay otras vías para mejorar la rentabilidad sin entrar en una fusión? En principio, todo lo que se haga para aumentar recurrentemente los ingresos. Por ejemplo, muchos analistas explican, en parte, la escasa rentabilidad de la banca por la política monetaria ultra expansiva del Banco Central Europeo. Si esto fuera así, ¿por qué la banca comercial norteamericana ha sido más rentable que la europea con unas condiciones monetarias parecidas? La banca española tiene que gestionar mejor los márgenes operativos, con mayor cobro de comisiones por servicios financieros (vitales para la población, pero que les cuesta pagar) y menor uso de campañas comerciales excesivamente agresivas. La prestación de servicios financieros no típicamente bancarios (principalmente, seguros y gestión de activos) también es una vía de incremento de los ingresos. En este caso, CaixaBank es mucho más potente que Bankia.

El FROB, que tiene el objetivo de maximizar la recuperación de ayudas públicas, perderá el control de Bankia para tener una participación muy significativa, aunque mucho menor, en una entidad mayor y más rentable. En principio, la operación puede beneficiar la citada recuperación, aunque será muy difícil llegar al total de la ayuda pública inyectada en Bankia en el 2012, dado que una parte significativa de dicha ayuda compensó el valor negativo de la entidad en ese momento.

¿Se esperan más fusiones? Probablemente, sí, ya que los problemas de rentabilidad afectan a todas las entidades y, además, los bajos precios de mercado pueden generar, en la integración, un activo intangible (badwill) que permite, según el BCE, financiar los costes de la reestructuración y/o sanear el previsible próximo deterioro de los balances bancarios.

El sector bancario se está enfrentando a unos retos estratégicos de gran calado: nuevos competidores que arañan partes rentables de sus operaciones de activo (pagos, financiación a grandes empresas, crédito al consumo, etcétera) y nuevas formas de relación con los clientes (para lo cual es clave un aumento sustancial de la inversión en digitalización). Todas las entidades deberían dar prioridad a estos retos. Esa es la solución a largo plazo para las entidades fusionadas.