El capitalismo es eufórico y depresivo o no es. O el Himalaya de la euforia o el batacazo en la fosa de las Marianas. Arriba y abajo. Ayer las bolsas se dispararon hacia lo más alto. El Ibex no vivía una jornada así desde hace diez años. No es para menos. La bonanza comenzó con la victoria de Biden, sería más correcto decir con la derrota de Trump, pero el pico de tensión bursátil tuvo su percutor en la noticia diana de que la vacuna de Pfizer, según Pfizer, estaría en fase 3 plenamente operativa en el 90 % de sus pruebas. Lo que le hace enfilar el camino de que se pueda aplicar a la población en apenas meses. El proyecto de Pfizer y BionTech se llama Velocidad de la luz y, si se confirma su operatividad, haría honor a ese nombre. Tal y como estamos, declarados en ruina, entre el derribo y la demolición, que irrumpa de una vez la ciencia superando sus tiempos nos hace concebir alguna esperanza y menos huevos de serpiente. Fiados, más que confiados, a los toques de queda. Hundidos sectores enteros como varios Titanic que difícilmente serán reflotados, que aparezca la ciencia con su luz a indicar en serio el final del túnel nos hace ver la relevancia de las batas blancas. Las batas blancas estuvieron, y están ahí, para recuperar nuestra salud en los hospitales con unas condiciones sanitarias que dejaron y dejan mucho que desear. Y las batas blancas de los laboratorios de ciencias no cesaron en su trabajo para encontrar la vacuna que frene el maldito virus del covid-19. Si a cualquiera, celebrando la entrada del año capicúa, 2020, le describen las calles vacías y las colas del hambre llenas que venían no se hubiese tragado el cuento. Le hubiese parecido un anzuelo de ficción de una mente demasiado calenturienta. Más de 50.000 contagios y más de 500 muertos este fin de semana, solo en España, es el panorama desolador en el que seguimos. Pero doctores en todas las ciencias parece que están dando la talla y, tras estos resultados, el presidente y director ejecutivo de Pfizer, Albert Bourla, ha destacado que es «un gran día para la ciencia y la humanidad». «Los primeros resultados de nuestro ensayo de la vacuna Fase 3 covid-19 proporcionan la evidencia inicial de la capacidad para prevenir el virus», subrayó, aunque lo podría haber declamado y nadie lo hubiese censurado por ese exceso de lírica en medio del desierto de prosa diagnóstica. Según las proyecciones actuales, la compañía espera producir a nivel mundial hasta 50 millones de dosis de vacunas en 2020 y hasta 1.300 millones de dosis en 2021. Calculan que permitiría inmunizar a 650 millones de personas. Ojalá. Ojalá que los gobiernos esta vez hagan los deberes y que distribuyan la vacuna con agilidad y de forma equitativa entre la población. Esto sí que es un paso para el hombre y gran salto para la humanidad. Si el mundo sale de esta pesadilla, esa frase que retrató la conquista de la Luna se antojaría tan lejana como lo está el astro plateado.