Semana de transición ante la que se avecina con el Black Friday -la gente no puede viajar ni ir a los bares, pero los centros comerciales y Amazon siguen abiertos-, aunque no exenta de noticias tecnológicas. Oppo (quinto fabricante mundial de smartphones y perteneciente al conglomerado chino BBK, propietario también de Vivo y Realme) celebró su día anual de la innovación con la presentación de tres productos: un teléfono móvil con pantalla OLED enrollable, que permite pasar de 6,7 pulgadas a un máximo de 7,4 en función de las necesidades del usuario, aunque de momento es un concepto; AR Glass, unas gafas de realidad aumentada que cuentan con diversos sensores, incluyendo dos lentes de ojo de pez, un sensor de profundidad ToF y un sensor RGB; y CyberReal, una aplicación que, en combinación con el anterior dispositivo, es capaz de completar el cálculo de la localización espacial tridimensional en milisegundos.
Apple, tras la orgía de la presentación de los nuevos iPhone y la renovación del MacBook y el Mac Mini -con la introducción de su primer procesador propio, el potente M1, como gran novedad-, acaba de hacer un gesto hacia los pequeños desarrolladores: aquellos que ganen menos de un millón de dólares al año pagarán un 15 % de comisión por estar en la App Store, la mitad que actualmente. Esta rebaja tiene que ver con la batalla legal que iniciaron Epic Games (propietaria de Fortnite) y Spotify, que consideran «ilegales» las normas de la tienda de la manzana, y que motivó una investigación antimonopolio por parte de la Comisión Europea.
Con la caída de Trump -veremos si no le da por iniciar una guerra con Irán, lo que le permitiría adoptar medidas excepcionales que prolongarían su estancia en la Casa Blanca- parece que se aclara el futuro para Huawei. Además de vender Honor, ha recibido la buena noticia de que Qualcomm tiene licencia del Gobierno de EE.UU. para suministrarle sus procesadores Snapdragon. De esta forma sorteará el veto de ARM, en cuya arquitectura se basan los chips Kirin de Huawei y que ya no podía fabricar desde el 15 de septiembre. Con Trump o sin Trump, la firma de Shenzhen sigue su hoja de ruta, cuya meta es un ecosistema propio al margen de Google.