La nueva Ley de Educación (LOMLOE), aprobada en el Congreso y pendiente del Senado, ha llenado de automóviles las calles de muchas ciudades, cuyos ocupantes protestaban contra esta ley.
Veamos los principales puntos calientes, causa de la protesta. La ley coarta la libertad de elección de centro al discriminar negativamente a los concertados. Yo no me preocuparía demasiado, porque han de dejar centros concertados suficientes a los que enviar a sus hijos, como siempre han hecho los dirigentes socialistas.
La supresión del castellano como lengua vehicular llega tarde. El castellano ya no es vehicular, desde hace tiempo, en comunidades como Cataluña. En Galicia, dice el presidente Feijoo (La Voz, 24-11) existe un bilingüismo cordial, aunque toda la Administración se hace en gallego, cuando podría hacerse en bilingüe.
La educación especial, en centros específicos para alumnos con minusvalías de diversa índole (ciegos, sordos, síndrome de Down, etcétera) ya ha sido atacada en ocasiones anteriores. La integración de alumnos con minusvalías en centros normales va en detrimento de la formación de estos alumnos. En los centros especiales existen profesores que han recibido una formación adecuada para potenciar lo mejor de esos alumnos. En un centro normal, el profesor no especialista debe atender a sus alumnos más al alumno distinto, sin saber cómo hacerlo y sin recibir el apoyo adecuado de la administración educativa.