Una realidad irreal

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

ALBERTO LÓPEZ

16 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El viejo dicho del periodismo canalla, «no dejes que la realidad te estropee un buen titular», lo aplican a la lucha contra la pandemia. Están empeñados en negarse a ver lo que ocurre a nuestro alrededor y les resulta más gratificante crear una existencia paralela, ajena a los riesgos que corremos. Y es que lo que nos transmiten nuestros mandarines nos lleva a la euforia, a la relajación y hasta al desenfreno.

Por eso estamos tan felices organizando las fiestas navideñas con el frutero y la peluquera en nuestras mesas, por aquello de que la RAE dice que allegado es un ser «cercano o próximo en el espacio o en el tiempo», que no nos enteramos de cuál es la situación actual de la pandemia. Por empezar por lo más próximo, Galicia ha roto la tendencia a la baja de casos, después de casi un mes. Aunque la situación es más favorable que en, al menos, otras siete comunidades. Y superando los Pirineos vemos cómo Alemania, con cifras similares, Países Bajos, Italia, Francia y Reino Unido endurecen las restricciones y dan marcha atrás ante el empeoramiento de la situación.

El caso español es único. Aparecemos en todos los recuentos, manuales, registros, estadísticas, estudios, monografías y tratados como uno de los países que peor afrontó y gestionó la crisis. En lo sanitario fuimos una calamidad y en lo económico, una ruina. Y eso que nos propusimos salvar el verano y los puentes que disfrutamos desde entonces, al margen del Black Friday. Abrimos terrazas y cafeterías, llenamos las calles por las compras y nos relajamos, porque relajados se vive mejor en un mundo ya de por sí muy tensionado. Vivimos más tranquilos porque nos han dicho que empezaremos el año con la vacuna en el cuerpo.

Más de 80.000 fallecidos y millón y medio de contagiados después estamos como al principio. Contando muertos. Porque el virus juega al contraataque. Se esconde y regresa cuando nos ve relajados. La amenaza es tan real como el primer día. Pero, pese a ello, nos tienen instalados en una realidad irreal. Desde aquel momento ya histórico en que nos dijeron que «España no va a tener, como mucho, más allá de algún caso diagnosticado». Que es exactamente lo que ocurrió.