Elon Musk es uno de los personajes más populares e influyentes de la actualidad. Y también uno de los más gamberros.
El máximo ejecutivo de Tesla aspira a ser el personaje del 2021. Tiene 49 años y se ha convertido en uno de los hombres más ricos del mundo. No solo se dedica a fabricar coches eléctricos. También pretende llevar al ser humano a Marte con una empresa privada. Y a finales de agosto presentó un prototipo de chip cerebral que pretende mejorar la vida de personas con lesiones cerebrales o medulares y que ya ha empezado a experimentar en cerdos y en simios.
Musk es un genio con gustos frikis que se ha convertido en uno de los mayores influencers del planeta. Tiene 42 millones de seguidores en Twitter. Pero no sabe quedarse callado. Y a veces se comporta como un trol.
Cuando tuitea en este modo, hay que echarse a temblar: es capaz de hacer subir el precio del pan. Con una simple mención es capaz de provocar una burbuja financiera y disparar la cotización de criptomonedas que fueron creadas como una broma, como Doge. También fue cooperador de la revuelta de los usuarios de Reddit contra los tiburones de Wall Street. Y ahora apadrina una nueva red social, llamada Clubhouse, basada en el intercambio de, ¡horror!, mensajes de voz. Antes de su penúltima polémica, había prometido un tiempo de silencio en Twitter. Duró 46 horas callado. Y volvió a liarla parda. ¿Tiene límites su poder? ¿Y su irresponsabilidad?