No está claro si los fans de Cuéntame están preparados o no para ver la muerte de uno de sus protagonistas. ¡Uff!. Es que los Alcántara son casi como uno más de la familia. Hasta el año pasado retrataron el gran cambio que ha vivido España desde 1968 hasta principios de los 90. Y este los responsables de la serie podían haberse centrado en narrar el intenso año 1992, con los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Expo de Sevilla. Había material de sobra, ahora que además la generación nacida en los años 80 comienza a tener recuerdos de esas vivencias.
Pero no, los responsables de Cuéntame decidieron lanzarse a la piscina, ser valientes. Y narrar el horror vivido en el 2020 sin perder de vista el 1992. El resultado ha sido redondo. Un éxito. Con escenas que a veces producen pellizcos de dolor, al saber que ese personaje en la actualidad no vive como el espectador quería imaginar, pero retratando una realidad que la audiencia tiene tan fresca, tan reciente, que muchas escenas conmueven, hielan el corazón y la sangre.
Y todo sin perder de vista el pasado tratando temas de corte social, ni los toques de comedia, que hacen esbozar una pequeña sonrisa, ni los enredos de una familia a la que sí, le pasa todo. Cada capítulo sabe a poco. Y eso lo sabe bien la audiencia fiel que les acompaña todos los jueves.