¿Cuál es la mejor zapatilla para correr?

Manuel Mosqueira Ouréns EN LÍNEA

OPINIÓN

XOAN A. SOLER

26 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

«El pie es una pieza maestra de ingeniería y una obra de arte», son palabras del mismísimo Leonardo Da Vinci. Está diseñado para soportar el peso del cuerpo y distribuir las fuerzas de reacción del suelo durante la marcha y actividades deportivas como el running. Es imprescindible un correcto y exhaustivo estudio de cómo se comporta, qué relación tiene con otras estructuras como la rodilla o la cadera, y cómo su tratamiento puede ayudar a otras patologías.

Aunque la mayoría de las lesiones deportivas se desarrollan gradualmente con el tiempo y se cree que están asociadas a un origen multifactorial, una gran parte, hasta un 79 % según diferentes investigaciones, pueden estar causadas por un calzado deportivo inadecuado, como consecuencia de una mala elección, por deterioro o sobreuso.

A la hora de elegir una zapatilla para running se deben tener en cuenta varios aspectos: el peso del corredor, en función de si es inferior o superior a 70-80 kilogramos se deberá elegir entre unos modelos u otros; la superficie sobre la que se va a correr, ya que la suela de la zapatilla variará tanto en el material como en la morfología; el ritmo y la distancia, sumándole al famoso drop de la zapatilla -diferencia de altura entre la parte posterior y la anterior- otros aspectos como el perfil -grosor total de la «mediasuela»- o sistemas de control y amortiguación.

Tampoco se debe olvidar el ritmo de carrera, pues en función de la velocidad también variará la selección. La distancia también es importante, diferenciando entre carreras cortas o pruebas de poca distancia con competiciones o tiradas largas de diez o más kilómetros. La biomecánica y el tipo de pisada son el factor principal. El pie se comporta de manera distinta en función de si está estático, caminando, corriendo o saltando, y es fundamental analizar su relación con el resto del cuerpo.

Y por supuesto, la comodidad. Diferentes estudios científicos dicen que si un calzado resulta incómodo puede afectar negativamente al movimiento o técnica del corredor, incluso pudiendo llegar a provocar lesiones, como son el dolor patelofemoral y el síndrome de la banda iliotibial en la rodilla, el síndrome de estrés tibial medial en la pierna, y la tendinopatía de Aquiles y fascitis plantar en el complejo pie-tobillo. Por todo ello, la correcta selección del calzado deportivo es fundamental para ayudar a prevenir las lesiones, disfrutar del deporte y mejorar la calidad de vida.