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Las cosas que dicen
El señor Pedro Duque ha declarado: «Tienen que tener cuidado con las cosas que dicen y tratar de no confundir a las personas». Se refería a Miguel Bosé y Victoria Abril, dos personas que niegan el coronavirus y rechazan las vacunas. Ellos ejercen su derecho a la libertad de expresión y los que les escuchamos sabemos el caso que hay que hacerles, porque no somos tontos. No, señor Duque, lo que «confunde a las personas» son el ministerio de Sanidad, la Agencia Europea del Medicamento y otros «expertos» que deciden que se suspenda la administración de una determinada vacuna; que después dicen que sí, pero a otro rango de edad; que reconocen que hay efectos secundarios, pero pocos; que una segunda dosis sí, pero de otro laboratorio; que vamos a estar vacunados en verano, pero quizás no, etcétera. Sin embargo, no he oído al ministro criticar, «por las cosas que dicen», al señor Pablo Echenique que aplaude a los «antifascistas» por quemar contenedores, saquear comercios y agredir a la policía; no ha criticado al señor Pablo Iglesias por defender la postura de los bukaneros por agredir y apedrear a los representantes de Vox por hacer campaña electoral; ni ha criticado a la ministra Irene Montero por entrar en un programa de televisión obviando la presunción de inocencia de un presunto maltratador que fue juzgado y no condenado. Ellos tres dando su opinión como cargos públicos. Chus Neira. Vila de cruces.
Peter Singer: polémica con la eutanasia
El extenso artículo (“Se extiende el reconocimiento del derecho a morir”) publicado en La Voz el 13/04/21 firmado por Peter Singer, profesor de Bioética de la Universidad de Princeton, vuelve a crear polémica. Aparte del rechazo casi universal que la eutanasia y la ley que el Parlamento español aprobó este año ha provocado en las asociaciones médicas reconocidas, la opinión de Singer es más que cuestionable. Dentro de la bioética, entendiéndola como un puente entre el mundo de la ciencia y el de los valores, existen varias escuelas. La personalista, que defiende la dignidad absoluta e intangibilidad de la persona humana desde su concepción hasta su muerte natural, y entre otras, la utilitarista (la sigue Singer) que reduce la moralidad de los actos al mero cálculo de sus beneficios, es decir las cosas serán buenas si son de alguna forma útiles, y malas si no lo son. Para esta escuela el fin justifica los medios. Singer, por ejemplo, defiende que los padres deberían tener la posibilidad de quitar la vida a sus hijos con discapacidades, es decir, no excluyen el infanticidio legal, como, por supuesto, no excluyen el aborto. Defienden entre otras cosas, que la satisfacción de naturaleza sexual pueda ser libre incluso con animales. Es imposible tratar de justificar y analizar le eutanasia apoyándose en este tipo de opiniones. José Luis Pérez Requejo. A Coruña