
Los carnívoros preocupados por el bienestar animal deberían seguir un régimen que incluya solo carne de vaca. Un estadounidense despacha unas 250.000 calorías de carne al año. Para alcanzarlas necesita comerse 80 pollos o media vaca. Con una dieta solo-vaca, por tanto, salvaría la vida de 80 animales al año. Claro que, según algunos, el sufrimiento de la vaca es mayor, porque sus tejidos cerebrales y nerviosos parecen más complejos. Tiene seis veces más neuronas. Y además consideran que el valor moral de una vaca es diez veces el de un pollo. Redondeando ambos criterios, una vaca equivaldría a unos 20 pollos. Pasarse a la dieta vacuna salvaría 60 pollos al año.
Si nos preocupa también el cambio climático, resulta que las vacas contaminan infinitamente más que los pollos, que no producen metano, aunque sí dióxido de carbono (CO2). Con el CO2 las vacas mantienen la delantera. Digamos, por abreviar, que quien comiera solo vaca produciría unos 2.500 kilos de CO2 al año y quien comiera solo pollo, apenas 500.
Pero, por supuesto, cabe comprar los derechos de esa contaminación, como hacen los gobiernos. Les ahorro de nuevo los cálculos, que varían mucho según las consultoras: con unos 22 dólares al año, pagaría cada uno el exceso de CO2 que genera y salvaría tres pollos por dólar. Un vegano no conseguiría semejante rentabilidad anual. Eso sí: bajaría la demanda y, con ella, el precio de los pollos, lo que quizá desbocase las matanzas de aves en los países más pobres.
Esta argumentación apareció tres días atrás en Astral Codex Ten, un conocido blog de Silicon Valley que reivindica la razón frente al pensamiento sentimental y al mero positivismo. Muy inteligente.
@pacosanchez