Basura espacial

Manuel Luis Casalderrey
Manuel-Luis Casalderrey RINCÓN ABIERTO

OPINIÓN

ESA

07 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La nueva basura en la superficie de la Tierra está formada por mascarillas y envases de café para llevar. Están desplazando a los plásticos, que siguen siendo la bestia negra de la contaminación. Dentro de poco aparecerán microfibras de mascarillas en los estómagos de los peces.

 Pero esto va de basura espacial, formada por restos de cohetes y satélites viejos, de explosiones, etcétera, que orbitan la Tierra. Está distribuida en dos zonas principales: la órbita geoestacionaria (a unos 36.000 km de altura, en donde están los satélites meteorológicos) y la órbita terrestre baja, LEO, por sus siglas en inglés, (entre 200 y 2000 km sobre la superficie de la Tierra). La basura representa un riesgo para naves espaciales y satélites.

El proceso de acumulación de basura espacial se inició el 4 de octubre de 1957 con el lanzamiento y puesta en órbita del primer satélite artificial de la Tierra, el Sputnik 1. Desde entonces se han realizado alrededor de 5.500 lanzamientos, que han dejado en el espacio residuos de todo tipo. La basura espacial se ha convertido en una preocupación cada vez mayor, puesto que, las colisiones a velocidades orbitales, podrían perjudicar el funcionamiento de los satélites.

La eliminación de la basura espacial es una tarea compleja y sigue sin resolverse, a pesar de que continuamente se presentan proyectos para limpiar el espacio: robots, redes, arpones, láseres, etcétera.