La historia es bonita y, además, un ejemplo práctico de buen reciclaje. Se pidió a los japoneses que entregasen los móviles usados con el fin de recuperar los metales adecuados para la fabricación de medallas para la Olimpiada Tokio 2020. Entre abril del 2017 y marzo del 2019 se recogieron casi 80.000 toneladas de basura electrónica, que fueron trituradas y tratadas adecuadamente para separar los distintos componentes. En los móviles hay muchos metales: aluminio, cobre, cobalto, wolframio, plata, neodimio, oro, indio, paladio. De ellos, cobre, plata y oro sirven para la fabricación de medallas.
Se reciclaron cantidades suficientes de plata, oro y cobre para fabricar más de 5.000 medallas olímpicas. Las de oro, con una masa de 556 gramos, están hechas de plata y llevan un baño exterior de 6 gramos de oro. Las de plata, con una masa de 550 gramos, son, básicamente, de plata. Las de bronce, con una masa de 450 gramos, son de bronce (aleación de cobre y estaño) y un 2,5 % de zinc. El Comité Olímpico Internacional establece que en las medallas ha de figurar Nike, la diosa griega de la victoria, frente al estadio de Panathinaikos, además del nombre del evento (Juegos de la XXXII Olimpiada, Tokio 2020) y los cinco anillos olímpicos.
La cinta de las medallas está fabricada con fibras de poliéster recicladas químicamente, que producen menos CO2 durante el proceso de fabricación y son muy resistentes. De nuevo, la Química.