Debate: ¿Se está haciendo bien el reparto de las vacunas?

Los expertos consideran que fue razonable dar más vacunas a aquellas comunidades autónomas con mayor proporción de personas mayores

La escasez de vacunas para Galicia en las últimas semanas ha puesto en entredicho cómo se realiza el reparto de las dosis desde el Gobierno central a las comunidades autónomas. Los expertos creen que si bien fue razonable dar más vacunas a aquellas regiones que proporcionalmente tienen más personas mayores, es discutible que haya que compensar esta decisión haciendo el procedimiento inverso con los jóvenes. En cualquier caso, el balance de la inmunización masiva en España parece ir por buen camino.


Vacuna, vacunar, vacunando

Ya vamos por la quinta ola, y evidentemente la tabla de surfear está cada vez más deteriorada. Pero afortunadamente disponemos de elementos que nos permiten restaurar esa tabla y seguir trabajando firmemente para disminuir el daño. Y esos elementos son fundamentalmente las medidas activas, es decir, la vacunación (ya vamos a por el virus); que debemos acompañar de las medidas pasivas que nos han permitido hasta ahora convivir con el microorganismo, es decir, la necesidad de que por parte de las administraciones sanitarias se tomen las medidas oportunas en función del peso de la pandemia, y reforzar en la ciudadanía la necesidad de seguir realizando ese ejercicio brillante de responsabilidad individual (mascarilla, lavado de manos, distancia física y ventilación), incluso si se está vacunado.

Afortunadamente, en estos momentos el escenario se viste de un moderado optimismo y marca diferencias con el pasado más reciente. Y son las vacunas las que determinan esas diferencias. Sobre todo el disponer de ellas. Uno de los elementos claves que nos permite sentirnos afortunados estriba en el hecho de formar parte de la Unión Europea, lo cual nos garantizó la disponibilidad de estos productos gracias a la compra centralizada que se llevó a cabo. Esta compra determinó que se asegurará la disponibilidad de estas vacunas, y su reparto de manera equitativa a los países miembros, siempre en función de sus poblaciones. Cierto es que hay aspectos cuestionables en ese proceso, como que desconozcamos el precio de compra y lo poco transparente que se ha sido en dar visibilidad a esos contratos. Pero parece evidente lo beneficioso que ha supuesto haber participado en esa compra centralizada.

Las vacunas, una vez llegadas a nuestro país, se distribuían homogéneamente y en razón a las estructuras de población a las diferentes comunidades autónomas, en un proceso que garantizaba la equidad. Al principio de la actividad, las vacunas no llegaban en las cantidades previstas, ya que los productores no se ajustaban a lo contratado. Pero posteriormente el flujo de llegadas se fue normalizando y eso permitió darle un acelerón importante a la vacunación. En estos momentos, el número de vacunas disponibles, salvo alguna semana en concreto, es el esperado por los distintos territorios, y eso nos permite decir que, más que esforzarnos en llegar a una determinada cifra de cobertura, lo que realmente nos interesa es no centrarnos en cifras, sino en un verbo poderoso: vacunar, vacunar y, además, seguir vacunando hasta el infinito y más allá.

Autor Amós García Rojas Presidente de la Asociación Española de Vacunología

¿Quién tiene la razón?

Existe un agrio debate entre la Xunta de Galicia y el Gobierno de España acerca de la asignación de vacunas frente al covid. Mientras unos dicen que se está privando a Galicia de vacunas que le corresponden, el Gobierno dice que se está compensando el exceso de vacunas suministradas en los primeros meses de la campaña de vacunación por la elevada proporción de población envejecida de Galicia respecto a otras comunidades autónomas. El origen de estas diferencias reside en la falta de concreción y planificación (y por tanto transparencia) en los protocolos del Ministerio de Sanidad en cuanto a la distribución de vacunas por comunidades autónomas (CCAA). Así, el documento Estrategia de vacunación frente a COVID19 en España del 2 de diciembre del 2020 no especifica cómo debe de ser dicho reparto. Por cierto, esta falta de planificación en la gestión ha sido una constante durante toda la pandemia. Posteriormente, aunque el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud acordó asignar una mayor cantidad de vacunas a aquellas CCAA con mayor porcentaje de personas mayores, no parece que se cerrase la cuestión de qué ocurriría una vez que hubiese finalizado la vacunación a este grupo de edad, del que es incuestionable su inmunización prioritaria. No es esta una cuestión menor, ya que, de no existir una compensación para aquellas CCAA con más personas jóvenes, esto supondría que Galicia, Asturias o Castilla-León alcanzarían antes la inmunidad de grupo solo por el hecho de tener más población mayor. El Gobierno parece haber propuesto, como se demuestra con el reparto reciente de vacunas, que se compense a aquellas CCAA que recibieron menos dosis por tener menos personas mayores, lo que significa que, al final, todas las CCAA acabarán sus programas de vacunación de forma casi simultánea. Decidir quién tiene la razón es complejo cuando existe un número limitado de vacunas. Si bien todos tenemos claro que fue razonable dar más vacunas a aquellas CCAA que proporcionalmente tienen más personas mayores, es discutible que haya que compensar esta decisión haciendo el procedimiento inverso con los jóvenes. Esto implica que los jóvenes de otras CCAA van a finalizar su vacunación antes que los jóvenes gallegos. Esto es discutible desde la equidad (cuya salvaguarda es una de las principales misiones de un Sistema Nacional de Salud) o desde lo que en ética se denomina principio de justicia, ya que los jóvenes gallegos tendrán un proceso de inmunización más largo que los de otras regiones. Por tanto, ¿deberían aquellas CCAA con mayor porcentaje de personas mayores finalizar antes su vacunación? Probablemente sí.

Autor Alberto Ruano Profesor titular de Medicina Preventiva y Salud Pública de la USC
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