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«La asistenta» es obligatoria

OPINIÓN

cedida

23 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Se te pone un nudo en el estómago, te remueve y quieres seguir viendo más. La asistenta, la última serie que se ha hecho viral en Netflix, es de esas que te abofetean la cara. Basada en una historia real, cuenta la vida de una mujer joven llena de sueños que, una vez que es madre, se ve ahogada por la obligación de tener que sacar adelante a su niña limpiando váteres en distintas casas. Alex, que así se llama la protagonista, sale de una relación de abuso emocional y se va encontrando a sí misma a medida que se enfrenta a otros abusos de clase y económicos. Porque el racismo está en la pobreza, en el desprecio a aquellos que no tienen dónde caerse muertos. Por eso es obligatoria la serie, porque nos refleja, de uno y otro lado, en la miseria de lo que generamos. Hay tantas Alex en nuestro entorno que espeluzna saber cómo se sigue tratando a esas mujeres inmigrantes, pero también gallegas, que se dedican a cuidar a nuestros niños, a nuestros ancianos, a fregar nuestros cuartos de baño y a hacernos de comer sin tener ni siquiera el reconocimiento de un subsidio cuando se quedan en el paro. El abuso de Alex es el abuso del sistema que se ha generado entorno a todas esas mujeres esenciales que nos atienden mientras muchos privilegiados todavían miran hacia ellas con la superioridad de los señoritos. Hay que ver La asistenta y dignificar, de una vez, su trabajo.