Un antídoto para las preocupaciones
OPINIÓN
¿Por qué siempre falta un calcetín? «Los calcetines odian sus vidas. Están en zapatos con pies apestosos y en cajones aburridos. La lavadora es su única oportunidad de escapar, y lo saben. Lo planifican la noche anterior. «Mañana. Lavadora. Me voy». La puerta de la lavadora se abre, el calcetín espera, rígido, contra la pared lateral. Y cuando no miras, se va... «lará, lará…». La fuga del calcetín es un famoso gag de Seinfeld. Al final, el ingenio es muchas veces la mejor respuesta a los dilemas sin respuesta. El humor nos salva de los sinsabores de la vida. Como dijo Mark Twain, «el humor es el arma más poderosa que tenemos, y la que menos usamos».
El teatro de improvisación, que hace uso de esta gran herramienta, nos provee de una serie de técnicas para aprender a ser más como Seinfeld ante los desafíos de la vida y menos como, bueno, como nosotros mismos. Estas técnicas sirven como antídoto contra las preocupaciones, para comunicarnos mejor, fortalecer vínculos y, sobre todo, para divertirnos y aprender a equivocarnos con gracia.
Les propongo un sencillo juego de improvisación que aprendí del profesor de Improv de Stanford, Dan Klein en el que mostraré dos técnicas. Busca un compañero. Piensen que son amigos desde siempre y que han vivido todo tipo de aventuras. Recordarán una de ellas, un «recuerdo falso compartido», que construirán entre ambos. El jugador A empezará diciendo «recuerdas aquella vez que… », y aquí vale todo: «que paseamos en globo con la reina Isabel y el papa Franciso» o «que fuimos al famoso Dunkin Donuts». Solo hay dos reglas:
1.- Decir «sí» a toda idea planteada por el compañero y seguirle la corriente (técnica 1). No está permitido decir «no» o «pero», estos son «bloqueadores» de la conversación. Por ejemplo, si A dice: «Y de repente tú te desmayaste», B no puede responder «no, tú te desmayaste y la reina te auxilió». Deberá decir algo como, «¡sí, cierto! Y la reina me hizo respiración boca a boca».
2.- Hacer ver al compañero como un héroe (técnica 2). No solo deben decir sí, sino que, cuando surja la oportunidad, deben hacer quedar bien a su pareja, mostrarlo como el héroe de la historia. Por ejemplo, la respuesta a «tú te desmayaste» debería ser: «Sí! Y tú me salvaste haciéndome respiración boca a boca y luego también salvaste a la reina, cuando ella se desmayó».
Si construyes un diálogo de este modo crearás una espiral positiva muy reveladora. Estamos tan acostumbrados a la crítica y a cancelar ideas que no percibimos que así saboteamos las conversaciones. Prueba e incorpora estas técnicas en las conversaciones con tus hijos, colegas o amigos. Serán más productivas y amenas. A modo de recordatorio, anota las seis máximas clave de la improvisación e intenta vivirlas cada día: decir sí; prestar atención; equivocarme a menudo; apreciar el diálogo; cuidar a mi compañero, y divertirme.