Turismo volcánico
Los palmeros deberían cobrar a los turistas por visitar su volcán. Porque es de su propiedad. Qué menos, después de que se haya comido sus hogares, sus calles, su memoria de vida. Sin que sirva de precedente ni de pretexto para otro impuesto, pagar la entrada para verlo, como en el cine, sería una gran ayuda. No basta con mostrar todos los días las imágenes de los impresionantes ríos de fuego sepultando las casas e incendiándolo todo. Claro que se hace lo que se puede, desde consumir plátanos canarios hasta enviar productos de primera necesidad, pero no es suficiente. Porque la población afectada se ha tenido que realojar en casas de familiares y amigos, y es obvio que necesitan más ayuda. Esperar a que se apague el volcán para repartirla no es una idea muy realista porque la Naturaleza va por libre y no obedece más leyes que las suyas. Se apagará cuando quiera. Así que ir de visita turística a la isla sin colaborar de forma activa no parece ser tampoco la manera más efectiva de echar una mano a una población que lo ha perdido todo. Ya pasaron 40 días y todavía están esperando la ayuda que tanto se les prometió. A los palmeros les vendría de perlas cobrar por el espectáculo, que no pidieron, pero ya que está, sacarle algún provecho sería lo más lógico. Y un volcán de verdad no se ve todos los días. Bien vale una entrada de cine. M. J. Vilasuso. Ferrol.
Fisterra e a Cruz de Lampedusa
O pasado venres 22 de outubro chegou a nosa vila a Cruz de Lampedusa, no seu peregrinar polas parroquias cristiáns para remover as conciencias sobre o drama terrible da emigración. Fisterráns, cantos recibimos a Cruz? Fisterráns, cantos dos nosos emigraron durante décadas buscando unha vida mellor? Cantos dos nosos quedaron no mar? Fisterráns, que nos está pasando? Alfredo Saralegui. Fisterra.
Inés Rey e o galego
A alcaldesa da Coruña, Inés Rey, confesou que está desgustada pola ridiculización do acento galego nun programa de televisión. Pos si, paréceme normal que estea amolada e agardo que tamén a señora alcaldesa entenda o amolados e desgustados que estamos cando os cidadáns coruñeses a escoitamos e non utiliza o idioma galego ou cando aínda temos que a cartelería dependente do concello onde o noso idioma está completamente marxinado. Alguén entende que a estas alturas sigamos vendo indicadores con avenida Finisterre, avenida de Arteijo ou Ciudad Vieja? Hai que pasar das palabras aos feitos. Xosé Ferreiro Gómez. A Coruña.