
Día de Todos los Santos
Por los que no están con nosotros. Por los que faltan y dejaron su ausencia escrita en recuerdos. Por aquellos que dejaron de ver nuestros ojos, por aquellos que se fueron y dejaron de escribir notas en la partitura de nuestra vida. Por aquellos que prometieron ser felices y murieron luchando por conseguirlo, por aquellos que no llegaron a serlo y por aquellos que murieron con una sonrisa en la cara, o sin ella, tras muchos años y miles de recuerdos vividos. Porque todos dejaron huellas en nuestra vida, y porque sin ellos nuestra vida no hubiera sido la misma. Acordémonos de ellos ¡Feliz día de Todos Los Santos! José Manuel Torre Fouz. Oleiros.
La eutanasia y los derechos individuales
Leer sobre la eutanasia me emociona, por el logro que supone en cuanto al respeto por los derechos individuales; y me desconcierta al mismo tiempo, por la dificultad en asumir que una persona quiera dejar de vivir, por nuestra incapacidad de aliviar su sufrimiento, hasta el punto de renunciar voluntariamente a lo más preciado que tenemos, la vida. Esta noticia me hace reflexionar sobre cómo se enfrentaron a la muerte mis padres: mi madre (muy religiosa) aceptando su inesperado e inevitable final mientras se consumía y, por el contrario, mi racional padre susurrándome que le dejase morir, ante mis lágrimas, por la impotencia de cumplir sus deseos en ambos casos, y la pérdida irreparable que para mí suponía. Con los años pienso que quizá mi planteamiento fuera egoísta, que quizá, del mismo modo que cuidé y acompañé a mi madre, amar a mi padre hubiera sido ayudarle a morir con todas las garantías legales y médicas que esta normativa permite. Quizá el verdadero acto de amor es acompañar y apoyar al enfermo en la elección que libremente tome porque, si pienso en mí misma, en un futuro muy lejano, yo quiero poder decidir. Catalina Lagunas Villanueva.