La puerta del miedo

Beatriz Pallas ENCADENADOS

OPINIÓN

07 nov 2021 . Actualizado a las 10:09 h.

El peso de lo prohibido producía monstruos en la imaginación de todos los niños obligados a irse a la cama cuando Historias para no dormir empezaba en Televisión Española. Su icónica cabecera, el chirrido de una puerta y las letras ensangrentadas que un grito agudo transformaba en terroríficas, eran lo único que los más pequeños alcanzaban a ver antes de que aparecieran los dos rombos que marcaban el toque de queda. A partir de ahí era la fantasía la que rellenaba huecos concibiendo historias de muertos y vampiros probablemente más acongojantes que las que escribió Chicho Ibáñez Serrador

Muchos años y muchas películas de miedo después, estos relatos breves para insomnes conservan el mismo desasosiego que querían provocar, tanto en los originales en blanco y negro, que pueden verse a demanda en la web de RTVE, como en la reedición de cuatro capítulos que acaba de publicar Amazon. Como homenaje a su creador, además de mantener la mítica introducción, la nueva serie conserva el espíritu naíf y casi artesanal de sus orígenes a la altura de su maestro y precursor. Magníficos en su ingenuidad, títulos como La broma, con la actuación inmensa de Eduard Fernández en el papel de bromista insoportable, o el diabólico muñeco Freddy siguen escribiendo la palabra nostalgia con letras mayúsculas.